Relatos cortos humor Parodias El señor de los palillos: La comuna del palillo (extendida)

 

 

 

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EL SEÑOR DE LOS PALILLOS

Tres palillos para los señores memos bajo el cielo lluvioso

Siete para los señores canijos en casas de protección oficial

Nueve para los hombres mortales condenados a tapear

Uno para el señor Okupa, en su trono okupado

En la tierra de Morro, donde la gente hace lo que quiere

Y se fuma unos petas…

LA COMUNA DEL PALILLO

Prólogo

Hace mucho mucho tiempo, en una galax…es decir, en la Tierra Medio-alta vivían y convivían en paz todos los pueblos libres. Los memos disfrutaban de una larga vida gracias a su inmejorable cobertura médica y eran felices, los canijos trabajaban todo el día en la mina por sueldos miserables, pero eran felices y los humanos estaban de juerga constante todos los días y obviamente, también eran felices.

 

Pero para evitar que esta historia sea un peñazo de felicidad absoluta, hete aquí que también había alguien que no era feliz. Su nombre era el señor Okupa y era así llamado por su afán de apropiarse del territorio ajeno. El señor Okupa buscaba un medio de poder ocupar las tierras de los pueblos felices, y lo encontró cuando se enteró de la existencia de los palillos.

Los palillos para tapear en los bares eran muy apreciados por todos los pueblos felices, y todos ellos habían decidido conceder unos palillos con poderes mágicos a todo aquel que demostrase su buen gusto y distinción en el noble arte del tapeo. Así los memos otorgaron tres palillos de oro, plata y bronce a sus miembros más distinguidos (y a algún que otro enchufado), los canijos otorgaron siete por ser su numero de la buena suerte y los humanos nueve por aquello de ser más chulos que el resto.

El señor Okupa sabía del poder que tenían los poseedores de los palillos y por eso fabricó en secreto el palillo que gobernaría sobre todos ellos. A partir de un tronco de sequoya centenaria y con mucha paciencia consiguió dar forma al palillo único. Gracias a ese palillo logró un inmenso poder que le permitió grandes conquistas y raciones de tapas gratis. Pero los pueblos felices se pusieron muy furiosos y decidieron tomar represalias inmediatas. Los memos y los humanos decidieron organizar un concurso de tapeo de calamares e invitar al señor Okupa, momento que aprovecharon para darle un par de yoyas y robarle el palillo único que fue a parar a manos de un tal Isidro.

Isidro estaba muy contento con el palillo único hasta que, un día después de pillarse un ciego monumental a base de comer tapas de chorizo ibérico mezcladas con cerveza negra de importación y güisqui Dic, cayó por accidente en un río perdiendo el palillo único.

El palillo permaneció muchos años en el río hasta ser encontrado por Follum. Esta criatura fue inmediatamente corrompida por su enorme poder, pero en lugar de dedicarse a tapear por ahí, decidió meterse en una cueva a intentar cazar pescados a base de pinchazos de palillo. No le fue bien, y por eso se quedó más delgado que un maniquí con anorexia. Aun así el palillo le fascinaba y lo conservó hasta que un día le fue arrebatado por un Hobby (así se le llamaba a esa extraña raza cuyo único fin en la Tierra Medio-alta era disfrutar del tiempo libre). Follum maldijo y trató de recuperar el palillo, de manos del Hobby, Bizco Bolsagrande, mientras el señor Okupa, recuperado de su encuentro con memos y humanos también trataba de buscarlo. Y es aquí donde comenzamos la historia…

 

1 El cumpleaños de Bizco

- Pero ¿otra vez es el cumpleaños de Bizco?- preguntó sorprendido Gandulfo nada más llegar a la casa de Sordo Bolsagrande en el apacible pueblo de Hobbytron.

- Ya sabes que lo celebra como unas 17 veces cada año, por eso de que le traigan regalos a saco.

- ¿Y te ha dado ya el palillo?

- Ha dicho que pronto lo hará, ya me he preparado unos pinchos de jamón serrano para probarlo.

- ¡No seas incauto, Sordo! No debes usar el palillo a no ser que sea imprescindible. Podrías llegar a corromperte por completo. El palillo te poseería y no podrías dejar de tapear una y otra vez, y al final se acabarían las tapas en Hobbytron y te verías obligado a ir de tapas por ahí. Acabarías por encontrar una tapa de tortilla o de ensaladilla en mal estado y te pillarías una salmonelosis o una gonorrea.

- ¿Gonorrea con una tapa de tortilla? Vamos a ver Gandulfo, ¿cuántos canutos te has fumado hoy?

- Vale, a lo mejor exagero un poco, pero procura no usarlo a menudo.

- De acuerdo. Mira aquí viene Bizco, ¿Qué tal ha ido el cumpleaños esta vez?

- No ha ido mal-contestó Bizco-Gandulfo me prestó unos fuegos artificiales y lo pasamos de miedo.

- En realidad eran explosivos caducados que me “encontré” por ahí. Pero dan el pego ¿verdad?

- Sí, bueno y ahora el tema del palillo. Aquí lo tienes, Sordo -Bizco alargó la mano y le dio el palillo.

- ¿Así sin más? ¿No vas a montar una escena estilo “mi tessssoro”?

- Paso, me las puedo arreglar sin él. Y ahora me marcho, a ver si gorroneo algo de la casa de Enron en Robendel.

Bizco se fue silbando alegremente mientras Sordo y Gandulfo examinaban el palillo. Finalmente Gandulfo habló:

- Tienes que destruir ese palillo. El destino de los baretos y tascas de la Tierra Medio-alta dependen de ello.

- ¿Destruirlo? Bueno si no hay más remedio, lo romperé y lo usaré para marcar los tantos de una partida de mus.

- No puedes destruirlo así. Quedaría demasiado ordinario y poco heroico. Lo más adecuado sería llevarlo a la tierra de Morro y tirarlo al volcán que hay por allí.

- O sea que además de destruir el palillo esperas que haga un viaje al quinto pino, atravesando peligros y me chamusque el culo por acabar con un estúpido mondadientes.

- Eso es y además tendrás que hacer el viaje con Sam L. Gamyina, Merrio y Pinypon.

- ¿Qué pasa contigo, Gandulfo? ¿No has encontrado una manera mejor de introducir a esos personajes?

- A callar, pesao. Deja de poner pegas y márchate cuanto antes. Yo tengo que ir a hacer un recado y me reuniré con vosotros más tarde.

- No sabía que ahora a los trapicheos les llamaban “recados”, pero por mi lárgate. Ya nos veremos.

2 Salida de la Comarca

- Así que Gandulfo me dijo que fuera primero a Robendel a ver si decidimos que hay que hacer definitivamente con el dichoso palillo-concluyó Sordo.

- Este Gandulfo siempre con sus paranoias. ¿Y qué vas a hacer?-preguntó Merrio.

- Pues tendré que hacerle caso, no vaya a ser que me mande a alguno de sus coleguillas aguiluchos a que me haga una visita. Saldremos mañana temprano, si conseguimos despertarnos de la cogorza que vamos a pillar hoy. ¡Sam deja en paz ya a Rosita, que se tiene que ir a la esquina a currar!

 

A la mañana, o más bien tarde siguiente los Hobbys dejaron Hobbytron. Charlaban animadamente por el camino cuando Sordo se detuvo de repente y les ordenó abandonar el camino.

- ¿Qué pasa ahora?-preguntó Sam

- Creo que se acercan los jinetes negros, unos matones subsaharianos que trabajan para el señor Okupa-respondió Sordo.

En efecto un jinete negro con un caballo negro también pasó por el camino y se paró un momento olfateando el aire.

- Sam te dije claramente que hoy deberías haberte bañado. Nos descubrirá por tu culpa.

Sin embargo el jinete únicamente arrugó la nariz, soltó unas maldiciones en liberiano y siguió su camino.

- Mal rollo ese de los matones a sueldo-comentó Pinypon.

- No os preocupéis, Gandulfo nos protegerá de ellos cuando lleguemos a Brrr.

3 El bosque del Viejo Verde*

Los Hobbys siguieron atravesando el bosque del Viejo Verde para dejar la comarca y se encontraron con el alegre Tom Alpilpil:

- ¡Hola, hola amigos Hobbys! ¿Tenéis algún problema?-preguntó Tom a Sordo y Sam, que estaban aporreando un viejo sauce.

- Pues eso parece, esta máquina expendedora de tabaco para pipa con forma de sauce se ha tragado nuestro dinero, y cuando hemos tratado de forzarla se ha tragado también a mis amigos Merrio y Pinypon.

- Sí, eso es el mecanismo de seguridad automático. No os preocupéis, enseguida saco a vuestros amigos de ahí.

Tom sacó su llave maestra de árboles y abrió el tronco sacando a Merrio y Pinypon. Después les ofreció a los Hobbys alojamiento en su casa.

- Me he pasado al rollo este del turismo rural, pero la verdad es que el negocio no marcha muy bien. Supongo que será por el tema de estar rodeado de un montón de árboles con cierta tendencia asesina-explicó Tom-bueno, ya hemos llegado.

En la casa les esperaba Sota de Oros, la pareja de hecho de Tom Alpilpil. No parecía estar de buen humor:

- Ya era hora de que volvieras, seguro que has estado jugando la partidita con tus colegas arbóreos mientras yo aquí trabajo como una esclava. Y ¿Quiénes son esta panda de andrajosos Hobbys?

- Dicen que van de viaje hacia Morro y se han perdido en el bosque. Pasarán aquí la noche.

- Pues que paguen el alquiler, ¡y nada de acercarse al mini-bar sin mi permiso!-rugió Sota de Oros.

Tras la cena de cinco platos, postre, café y puro todos se fueron a dormir. Por la noche escucharon algunos ruidos extraños procedentes de la habitación de Tom y Sota, cuya reproducción queda censurada para que este relato pueda ser leído por todos los públicos.

4 Los siniestros tumularios*

A la mañana siguiente los Hobbys se despidieron para seguir su camino. Tom les hizo algunas advertencias:

- No habléis con desconocidos, no comáis con la boca llena y no os acerquéis a las tumbas repletas de tumularios lavacerebros.

- ¿Tumularios?-preguntó Sordo.

- Son una secta judeo-masónica-satánica-nazi-comunista y se dedican a secuestrar a los incautos viajeros para darles tediosos sermones sobre temas de actualidad.

- ¡Dios mío! Será mejor que nos mantengamos alejados-dijo Sordo estremeciéndose.

Los Hobbys siguieron su camino saliendo del bosque, encontraron un cartel en el camino que indicaba la dirección a Brrr, sin embargo resultó ser un engaño de los tumularios para atraerlos a una de sus charlas. El tema de hoy era “Tolkien: nuestro sabio fundador”, los Hobbys horrorizados se acordaron en aquel momento de lo que debían gritar para poder salir de aquello…

 

- ¡Somos budistas! ¡Alabados sean buda y el Dalai Lama!

Les dejaron en paz de inmediato, aunque dejándoles unos folletos para que los examinaran por si cambiaban de opinión. Los Hobbys se marcharon rápidamente de camino a Brrr.

5 Encuentro con Tacos

- ¿Quiere decir que Gandulfo no ha llegado aun?

- No, pero me dejó una nota-contestó el tabernero de la posada de Brrr, donde habían quedado con Gandulfo- “Me reuniré con vosotros más tarde, debido a ciertos problemas de agenda. Mientras tanto podéis confiar en un hombre llamado Arador hijo de unos humildes labradores…” y hasta aquí puedo leer.

- ¿Pero que es esto, el Un, dos, tres?

- Esta taberna no es un servicio de mensajería. Pedid algo o no leeré el resto.

- Pues venga, ponnos cuatro Heineken y unas tapas de callos ¿qué dice el resto del mensaje?

- Dice “Firmado: Gandulfo”

- Vaya, una parte muy importante y por cierto ¿quién es el tal Arador?

- Ni idea. Pero si descubro algo sobre él se lo diré, por una módica suma.

Sordo se marchó a la mesa, donde ya les habían servido el pedido. Sin pensarlo dos veces se sacó el palillo único del bolsillo y se dispuso a comer.

- Pero ¿se puede saber que coño estás haciendo?-les preguntó un hombre desde la mesa de al lado.

- ¿A que se refiere?

- Me refiero a que vas a ser tan gilipollas como para usar el palillo único para pincelarte esa tapa, con tanto hijoputa que anda suelto por esta taberna.

- ¿Y quién es usted para decirme eso, si puede saberse?

- Yo soy Arador, aunque aquí todos los cabrones me llaman Tacos, no acabo de comprender por qué. Seguro que Gandulfo os ha hablado de mí.

- Pues no mucho la verdad, aunque si eres su amigo y dado que te menciona en la nota que nos ha dejado tendremos que confiar en ti.

- Bien, pues nos marcharemos enseguida, y no me jodáis u os mando a tomar por culo a pesar de que Gandulfo sea nuestro colega común.

6 La cima de los Vinos

- Pronto llegaremos a la cima de los Vinos-comentó Tacos al día siguiente, y tras algunas horas de camino.

- ¿La cima de los Vinos?- preguntó Sordo-El nombre se debe a cierta tendencia etílica de los vigilantes que solían apostarse allí ¿verdad?

- Si te refieres a que eran unos putos borrachos de mierda, estas en lo cierto. Pasaremos allí la noche.

Nada más llegar Arador les dejo un momento para ir a hacer un pis y los Hobbys aprovecharon para encender un fuego. Se dieron cuenta que habían cometido un grave error cuando oyeron unos gritos de guerra Swajilis. Cinco jinetes negros habían visto el fuego y pronto estuvieron en la cima, sacaron sus respectivas navajas oxidadas y el que parecía ser el jefe les habló:

- Decidnos quien tiene el palillo si no queréis que os rajemos a todos.

- Ya tuvieron que llegar los tipos estos a darnos el palo, o más concretamente el palillo-comentó Pinypon riendo entre dientes.

- ¡Nunca os diremos quien lo tiene!-gritó Sam.

- Sí, Sordo puedes estar seguro de que no lo diremos-afirmó Merrio- ¡Ups! Creo que no debería haber dicho eso.

Los jinetes negros se volvieron todos hacia Sordo que trataba de escaquearse. Su jefe le cortó el paso y trató de clavarle el pincho. Sordo lo esquivó con facilidad lanzándose a un lado con la mala suerte de ir a parar contra un inoportuno cactus.

 

En ese momento apareció Arador al rescate, blandiendo un espadón de acero toledano y una antorcha atacó a los jinetes negros.

- ¡Atrás fuerzas de la oscuridad, retroceded ante el fuego!

- Lo de fuerzas de la oscuridad será uno de esos eufemismos racistas, supongo-respondió uno de los jinetes-nos largamos porque hay partido Senegal-Nigeria, pero ya nos veremos. Cine de Calidad gratis

Los jinetes se marcharon presurosos y Arador se interesó por el estado de Sordo.

- Mira que ir a caer sobre un cactus venenoso entre todos los matojos inofensivos que había por aquí.

- Me muero-dijo Sordo entre gorgoteos.

- Hombre, tampoco exageremos, pero una buena cagalera sí que la tendrás. No te preocupes ahí llega mi churri, ella te llevará a Robendel para que te pongan una vacuna. ¿Qué pasa cari?

La susodicha bajó de su caballo con gesto de evidente cabreo.

- Otra vez te encuentro de juerga con tus amigotes mientras yo estoy en casa planchando, haciendo la comida, fregando y mil cosas más. Que sea una mema casi inmortal no significa que me quiera pasar 100 años currando para ti.

- Pero, si yo estoy trabajando. Tengo que proteger a estos Hobbys del señor Okupa y sus secuaces.

- Seguro que es otro encargo de ese Gandulfo ¿verdad? Anda déjame a mí que parece que uno de ellos está ya medio muerto. Voy a llevarlo a casa de mi Papi Enron en Robendel, a ver si puede curarle. Nos veremos allí.

- A mi también me duele una muela-se quejó Merrio- ¿puedo ir contigo y que me achuches como a Sordo?

- Chaval no seas comemierda y no te me pases de listo-le advirtió Arador-de acuerdo allí nos veremos, Aramis Gwendolina.

- ¡Y usa el diminutivo cuando menciones mi nombre! O a la próxima te tiro de cabeza al río-rugió Aramis…es decir Ar-wen.

Dicho esto se alejó al galope camino a Robendel.

7 El vado de Robendel*

Sordo se despertó medio adormilado. Iba montado en un caballo, atravesando un río, acompañado de…de…

- ¿Quién demonios eres tú?-preguntó.

- Mi nombre es Goldenfinger y soy el memo más poderoso, guapo y grandioso que verás jamás.

- Pero ¡si tú no sales en la película! ¿Dónde está Ar-wen?

- No salgo en la peli porque en el casting no encontraron a ningún actor de la talla y el porte heroico necesario para interpretarme, a pesar de que se ofrecieron Brad Pitt y ese tal Leonardo no sequé. En cuanto a Ar-wen, hoy le han dado el día libre para ir a hacerse la manicura, así que yo me ofrecí para interpretar esta escena por ella, ya que estoy en mi mes de vacaciones de guardabosques. Supongo que el público no notará la diferencia.

- Si tú lo dices. Bueno ¿y ahora qué?

- Aquí llegan los figurantes-dijo Goldenfinger mientras los jinetes negros aparecían al otro lado del río, carraspeó-¡Alto ahí jinetes! No atravesaréis este vado.

- Lo cierto es que el agua está bastante fría-admitió el jefe de los jinetes-pero tenemos un contrato que cumplir.

Los jinetes avanzaron metiéndose en el agua y justo en aquel momento el río creció repentinamente llevándose por delante a los jinetes negros.

- ¡A ver si avisan cuando abren las compuertas de la presa!-se quejó Goldenfinger-tendremos que buscar a más figurantes.

 

- Creo que esto ya estaba previsto, no creo que les haya pasado nada. Y ahora llévame a Robendel de una vez que estoy muy malito.

8 El irreconciliable concilio de Enron

Unos días después Sordo estaba totalmente recuperado, aunque le quedaría una alergia permanente a los cactus y sus derivados. Paseando por Robendel se encontró con Gandulfo, quien le explicó los motivos de su retraso:

- Un antiguo colega mago llamado Salfumán me tuvo encerrado en una torre, hasta que pude fabricarme un ala delta y salir de allí volando-le comentó.

- Historias más raras he oído. ¿Puedo preguntar que motivo le impulsó a hacer eso?

- Parece ser que ha descubierto que tienes el palillo único y lo quiere para poder empeñarlo y conseguir pasta para hacer unas reparaciones en su torre de Isenmal.

- Y como te negaste a ello te encerró…

- En realidad, le pedí un simple porcentaje del 60% del valor del palillo, pero no fue razonable hacia mi propuesta. De todos modos que más da un enemigo más o menos. Preocupémonos ahora de lo que haremos con el palillo. Ese será el tema de discusión del programa de hoy en “El concilio de Enron”

- ¿De qué demonios estás hablando?

- Enron, señor de Robendel emite todas las tardes su programa de actualidad social, donde resuelve conflictos entre memos, canijos y humanos. Hoy dedicará todo el programa al caso del palillo único. La audiencia decidirá si debemos o no destruirlo.

- ¿Y si el señor Okupa ve ese programa y manda a los jinetes negros aquí?

- No te preocupes, sabemos con certeza que el señor Okupa a esa hora sólo ve los documentales de la 2. Venga, el concilio va a empezar.

Fue un concilio agitado con discusiones, disputas, tirones de pelo y algún que otro mordisco, pero al final Enron pidió calma, uno de sus ayudantes le trajo un sobre y:

- La audiencia ha decidido que Sordo debe llevar el palillo y destruirlo con la ayuda de 8 representantes de las diversas razas. Esos representantes serán Gandulfo, Merrio, Pinypon, Sam L. Gamyina, Arador, Jiji (el risueño representante de los canijos), Vomitir (del reino de Gordo) y Legoland (un memo del bosque). Juntos formarán La Comuna del Palillo y estarán autorizados a participar en manifestaciones pacifistas y demás actos solidarios.

Todos los presentes aceptaron el plan a regañadientes y todo se dispuso para partir al día siguiente.

9 Las minas de María

- ¿Cuanto falta para las minas?-preguntó Sordo.

- No mucho-contestó Gandulfo-y la próxima vez acuérdate de traer tu equipo de alpinismo. ¿Acaso no sabías que habíamos decidido ir por el monte Carasheladas para atravesar las Montañas Encapotadas?

- Lo siento, pero de todos modos ir por la mina no es tan malo. Jiji dice que tiene familia allí.

- A ver si es verdad. Mira ahí están las puertas de María.

- Curioso nombre para una mina.

- Ya. No te sorprendas si respiras un humo sospechoso cuando entremos.

Gandulfo se aproximó a la puerta y trató de abrirla. Primero probó a darle bastonazos, pero ante la solidez de la misma decidió tratar de buscar la contraseña.

- Veamos, ¡Ábrete Sésamo! Nada. Y no se me ocurre ninguna otra. Tendremos que ir por otro sitio.

- Pero no seas paleto, Gandulfo si aquí pone que la contraseña es “sandía”.

 

La puerta se abrió de inmediato y se dispusieron a atravesarla.

- ¿Estamos todos?- preguntó Legoland.

- Sordo se ha quedado atrás a ver si pica algo en ese lago de la entrada. Dijo que vendría enseguida.

- Ya estoy aquí y he conseguido pillar un pulpo-comentó Sordo alegremente un minuto después- A ver si lo podemos hacer al ajillo.

- Pero primero andemos un poco que aun queda mucho camino.

El viaje por las minas de María fue largo, aunque muy relajante y con cierta tendencia alucinógena. Parecía que sería un viaje tranquilo hasta que a Pinypon se le escapó un sonoro y oloroso pfffffft que resonó por todas las paredes de la mina. Inmediatamente comenzaron a oír golpes rítmicos de tambores.

- ¿Será un guateque pastillero?-se preguntó Legoland.

- Los canijos no gustamos de esas cosas-le respondió Jiji.

- Creo que son bichos muy malitos que vienen para aquí a darnos cañita-opinó Gandulfo-Será mejor que nos piremos cuanto antes. Ya estamos llegando al puente de salida.

- Pues joder con el puente, ¿no lo podían haber hecho un poco más estrecho? Y aun encima sin pasamanos. Por cierto, ¿no es eso una cabina de peaje?

- Son 100 monedas de oro por cabeza-les indicó la amable y apenas barbuda canija de la cabina.

- ¡Eso es una estafa!-protestó Gandulfo.

- Esperad, usaré mi influencia para que nos dejen pasar-comentó Jiji.

- Me parece que no-repuso la canija-No hay enchufe que valga estando yo de vigilanta. Pagad ahora mismo o llamaré a Baldo.

- No nos asustaría ese tal Baldo ni aunque fuese un demonio de 14 metros de alto, que echara fuego por todo el cuerpo y blandiese un látigo y una espada gigantescas.

- Pues si no os asusta, aquí le tenéis.

Se volvieron y vieron al tal Baldo, adecuadamente vestido de segurata, y pendiente de si se pagaba o no el peaje. Los valientes miembros de la Comuna no se dejaron amilanar, y valientemente echaron a correr hacia la salida a toda velocidad. Baldo trató de seguirles, pero un inoportuno resbalón pezuñero y la endiablada estrechez del puente le hicieron caer al vacío. Gandulfo se mofó del torpe Baldo mientras este caía, lo cual le hizo descuidarse, tropezar con una cucaracha que pasaba por allí y caer el también.

- ¡Gandulfooooooooooo!-gritó Sordo.

- ¡Maldita sea! Y aun me debía dinero el cabrón-se lamentó Arador.

- Vámonos de aquí no sea que aparezcan más seguratas-comentó Legoland con algo más de sensatez.

Finalmente salieron de las minas y continuaron su camino a pesar de la pérdida de Gandulfo.

10 El bosque de Todoacien y la dama Galapiel*

Tras salir de las minas de María la comuna puso rumbo al bosque de Todoacien, un macrocentro comercial-forestal dirigido por la Corporación Galapiel, presidida por la Dama Galapiel y su marido Cebollón. Al entrar los Hobbys se sintieron deslumbrados por las luces de los casinos, atraídos por las increíbles ofertas de ropa de marca y maravillados por las memas que recorrían el lugar bailando samba du Brasil. Galapiel y Cebollón les dieron la bienvenida y se lamentaron de la pérdida de Gandulfo…

- Era uno de nuestros mejores clientes, las máquinas tragaperras lo echarán de menos. Pero no os preocupéis por eso, aquí tenéis unas cuantas fichas para que os las gastéis por ahí-dijo Galapiel entregándoles unas fichas con el logo del Mallorn, símbolo de la corporación.

 

Los miembros de la compañía se fueron a gastarlas inmediatamente, pero Galapiel llamó a Sordo para que fuese con él.

- Ven conmigo, quiero enseñarte algo-le dijo.

- Aunque sea una mema muy guapa, no creo que acepte proposiciones…

- No seas imbécil, sólo voy a mostrarte mi espejo mágico.

- ¿Para preguntarle quién es el Hobby más guapo, divertido y rico de la tierra medio-alta?

- En realidad en el espejo verás parte de tu futuro. Aquí lo tienes-comentó cuando hubieron llegado a lo que parecía una especie de bebedero para pájaros-¿Qué ves?

- Veo, veo… una cagada de pájaro.

- Ummm eso puede significar que vas a cagar tu misión de algún modo o por el contrario que la de la limpieza no ha pasado todavía por aquí.

- ¿Y como puedo saber cual de esas opciones es la buena?

- Tú no te preocupes, si eres siempre positivo, nunca negativo, te esfuerzas al máximo por el bien del equipo y das el cien por cien acabarás ganando el parti… quiero decir, destruyendo el palillo. En fin, creo que ya es hora de que tú y tus colegas os marchéis ya, que esto no es una ONG que ande ayudando a todo el que aparezca por aquí queriendo destruir un estúpido palillo.

Al amanecer partieron en unas planeadoras alquiladas para ir bajando el río. Galapiel les dio unos “regalos” antes de que se fueran (avisándoles que les descontaría el importe de sus cuentas de ahorro). Un arco de tiro olímpico homologado para Legoland, una cuerda de esparto élfico para Sam, un pelo del…del… o sea un pelo para Jiji y otras baratijas diversas para el resto. Finalmente a Sordo le entregó una linterna con mechero incorporado, radio, despertador y otras 50 funciones.

- Para que te ilumine cuando se te funda una bombilla en casa-le comentó.

Los miembros de la comuna se fueron agradecidos.

11 La disolución de la Comuna

Después de su breve paso por la zona ajardinada de la Corporación Galapiel, la Comuna decidió seguir viaje por el río y acampar en la orilla un poco más abajo. Sordo aprovechó para irse a reflexionar sólo un rato, aunque se vio interrumpido por el pesado de Vomitir.

- Anda Sordo, dame el palillo para que yo y mis colegas del reino de Gordo podamos ir de tapeo por ahí.

- ¡Que te pires, pesao!

- Vamos hombre, que si no me lo das a mi seguro que Jiji, Arador o Legoland te lo quitan antes o después.

- En ese caso lo mejor sería que me largara por mi cuenta a ver si dejáis todos de darme el palo y …

Sordo se vio interrumpido por gritos. Al parecer una banda de hinchas radicales de la selección de Uruguay, contratados por Salfumán, trataban de darles una paliza a todos y hacerse con el palillo. Los integrantes de la comuna se vieron separados ante el peligro.

Aprovechando el tumulto Sordo se había hecho con una barca para escaquearse sólo, aunque tuvo que dejar sitio a Sam que apareció un rato después:

- Deje que le acompañe, señor Sordo no vaya a ser que se encuentre algún indeseable en el camino.

- Vale, vale, pero nada de rollos gays que eso de que dos Hobbys vayan por ahí solos…

Así se marcharon Sordo y Sam, sin saber que en la orilla habían pasado cosas muy malitas. Para empezar los de Uruguay habían secuestrado a Merrio y Pinypon porque pensaron que eran seguidores de Argentina (eso les había dicho Salfumán). Y además Vomitir se había encontrado con un grupo femenino de hippies noruegas y había sufrido un “flechazo” inmediato hacía todas ellas, cuya consecuencia fue abandonar de inmediato la comuna para irse a vivir alegremente la vida por ahí.

Con todo esto Arador, Legoland y Jiji se habían quedado más colgados que el abrigo de un ahorcado.

- ¿Y que hacemos ahora?-preguntó Jiji.

- Una de dos o nos largamos rápidamente a ver si damos alcance a las hippies noruegas o tratamos de rescatar a Merrio y Pinypon-contestó Legoland.

- Creo que será mejor que rescatemos a los Hobbys, porque si Ar-wen se entera de lo de las hippies me hará fregar la casa durante los próximos siete lustros. Así que ¡en marcha!

Y así fue finalmente disuelta la comuna, con nuestros protagonistas viajando cada uno por su lado en busca de su destino.

FIN

El Autor de este relato fué Alberto PT , que lo escribió originalmente para la web https://www.relatoscortos.com/ver.php?ID=7360 (ahora offline)

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2021-05-25

 

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