... No era una noche cualquiera... no era un chico cualquiera, solo os puedo decir que la noche era fria y mis manos dormían bajo la almohada, solo os puedo decir que mis ojos dormian abiertos, y es que mis padres estaban de vacaciones y yo NO ESTABA SOLO EN CASA...
*Dormia despierto, pensativo... la noche anterior mis amigos y yo nos fuimos al cementerio del pueblo a platicar con los espíritus, y desde aquella noche, todo me fue mal... pero solo estaba pensando. Fue en medio de mis pensamientos cuando senti que un frio acariciaba la planta de mis pies, un frio helado que me hizo coger las sabanas y taparme todo el cuerpo... me dispuese de nuevo a pensar y fue entonces cuando una pequeña lampara que tengo en mi mesilla se cayó, encendí la luz con el mayor temor y mientras colocaba la lampara en su sitio unos pasos corrían por mi largo pasillo, eran pies descalzos... pero nadie estaba en mi casa.
Eran las 2 de la mañana, los pies descalzos alarmaron mi atención y me acerque al pasillo donde todo estaba oscuro. Despacio fui a encender la luz, hacia frio pero sudaba, fue entonces cuando alguien reía a mi espalda, alguien que me cogía la mano para no encender la luz, alguien que hacía temblar todos mis sentidos... alguien que sabía que aquella noche ESTABA SOLO EN CASA.
El Autor de este relato fué Dionisio Cuenca , que lo escribió originalmente para la web https://www.relatoscortos.com/ver.php?ID=2464 (ahora offline)
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2025-04-08
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