Siempre quise hacer realidad una fantasía que me atraía sobremanera: hacer el amor con un desconocido, con alguien de quien no supiera ni tan siquiera su nombre. Y un día, de la manera más tonta y sin pretenderlo, ocurrió. Solo que no fué hacer el amor. Fué algo más salvaje. Fué,...simplemente,...follar. Entré en unos grandes almacenes conocidos por todo el mundo. Seguro que tú has comprado ahí infinidad de veces. Eran las rebajas. Mucha gente, mucho jaleo, mucho ruido,... En medio de todo eso, los probadores de las mujeres, a tope. Tenía algo de prisa y pocas ganas de esperar, así que cogí los pantalones que quería probarme, y resueltamente, me dirigí hacia la sección masculina. También ahí había lio, pero nada que ver con la otra parte, desde donde se oía todo el jaleo que montaban esas enfurecidas marujas que peleaban por la misma prenda. Cuando intentaba entrar en el probador, el dependiente me cerró el paso.
-Estos probadores son de caballero.
-Lo sé, pero, en el otro sitio hay tanta gente,....
-No sé si sería la mirada que yo le clavé en sus ojos, o la que él clavó en mis tetas lo que le hizo apartarse y dejarme entrar.
He de reconocer que me puso nerviosa. No era especialmente guapo, ni especialmente alto, ...Era..atractivo, con ese no se qué ...que te hace estremecer.
En esos pensamientos andaba yo, cuando al intentar ponerme el pantalón, se me enganchó un pie y perdí el equilibrio, sin llegar a caer. Inmediatamente, el dependiente tocó a la puerta para saber qué ocurría y el porqué de aquel ruido.
Abrí mínimamente la puerta y asomé medio cuerpo, asegurándole que me encontraba perfectamente. No me di cuenta de que por uno de los espejos que recubría las paredes del probador quedaba al descubierto mi culo y parte del tanga de flores que llevaba puesto. Ví que la mirada del dependiente pasaba de mi cara al espejo a una velocidad de vértigo.
-De verdad esta usted bien?
-Sólo tengo el tobillo un poco dolorido, pero estoy bien.
Insistió en entrar para comprobarlo y, desde el momento en que abrí un poco más la puerta, supe lo que iba a ocurrir.
Se arrodilló delante de mi y tomo mi pié con tanta suavidad que me hizo poner la piel de gallina.
-Te duele aqui? Me decia mientras me acariciaba el tobillo,...
-Y aqui? Mientras subia la mano por mi pantorrilla,..
Su respiracion se iba a celerando por momentos y yo creí que mi corazón se iba a desbocar. Lentamente se fué poniendo de pie al tiempo que iba acariciando mi muslo con las dos manos.
Miré hacia abajo y vi una gran erección casi nmediata. Todavía no sé porqúé le deje seguir. Entonces yo le agarré del culo y lo atraje hacia mí. El tenía sus manos alrededor de mi cintura y mientras yo le acariciaba el culo, él las puso sobre mis pechos y empezó a jugar con mis pezones, lentamente primero y frotándolos con fuerza después. Le desabroché el pantalón y busqué dentro de su slip aquello que deseaba desde que lo ví fuera del probador. Cuando tomé entre mis manos aquel pene palpitante, gránde, duro,...creí que no podría esperar a que fuera mio. Ël emitió un gemido ahogado cuando me agaché y lo introduje en mi boca. Me alborotaba el pelo, tiraba de él mientras se movía suavemente para aumentar si cabe el tamaño de su pene al roce con mi lengua y mis labios. Yo notaba como crecía dentro de mi boca y como su respiración se hacía más y más rápida. Fué entonces cuando me puso de pie y se agachó entre mis piernas. Apartó mi tanga y comenzó a comerme. Aquella lengua parecía tener vida propia y él sabía perfectamente donde debía colocarla para hacer que yo tuviera un orgasmo tras otro. Apenas si podía reprimir los gritos de placer que deseaba dejar salir de mi pecho, de aquel pecho que él excitó con sus manoseos y sus roces. Mis pezones estaban duros como rocas y le pedí que los chupara, que los mordiera con suavidad y que me penetrara en ese mismo momento. Entonces me puso a cuatro patas y me penetró desde atrás. Con cada embestida suya yo notaba que tocaba el cielo. Primero eran suaves, mientras estaba medio tumbado sobre mi y seguía acariciándome los pezones. Entonces levanté la cabeza y nos vi allí,reflejados en el espejo,.... Aquello me excitó aún más y le pedí que me follara más fuerte, que me lo diera todo, que quería aquella polla dentro de mi, quería sentirla, notar como crecía, notarla caliente, dura, palpitante,...deliciosa. A él le excitaba mucho follarme con el tanga puesto y cada vez qeu me miraba el culo, se volvía loco, y me embestía como un animal salvaje mientras me agarraba de las caderas para penetrarme más profundamente. Yo sentía que me rompía y que deseaba que aquello no acabara. Cuando estaba a punto de correrse, salió de dentro de mi y yo le ofrecí mis pechos para que derramara su leche en ellos. Los juntó con sus manos mientras ponía la polla en medio y la movía arriba y abajo y se excitaba todavía más mientras yo acariciaba sus testículos y la parte interior de sus muslos. Ya no podíamos más, y cuando empecé a chuparle los dedos, se vació entre mis pechos causándome un placer que hacía tiempo no experimentaba. Su cara cuando se corrió era todo un poema. promocionesycolecciones.com
Nos vestimos, nos dimos un beso,....y desapareció.
Por cierto, no compré aquel pantalón.
El Autor de este relato fué Priscilla Reina del desierto , que lo escribió originalmente para la web https://www.relatoscortos.com/ver.php?ID=3904&cat=craneo (ahora offline)
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2021-06-14
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