Relatos cortos eroticos Hetero Una bestia de hombre

 

 

 

AH, hay dos cosas que amo en la vida: Coger y hacer deportes. Quiero contarles que si se combinan bien, resulta de lo mejor. Me fascina tener sexo, anal, oral, normal, diferentes poses... es que hay algo mejor que ver a una mujer succionándote el glande y que mejor cosa que hacerlo de tres. Creo que mi perspectiva de la vida radica en follar. Tres o cuatro veces por semana está bien. El otro día me encontré con una ex-amiga -ya entenderán por qué ex-, resulta que hace tiempo que no la veía y sin duda que algo había cambiado. Sus tetas estaban espectacularmente grandes, su cintura bien pequeñita y sus piernas como las de las bailarinas de ballet AAHH!. La salude y la invité a tomar un café. Me aceptó charlamos unas cuantas horas. Luego cuando dimos por terminado nuestro encuentro me despedí y le dije que quería volver a verla y me confesó que se había casado y que no era correcto que saliera con otros hombres. Quedé con una nostalgia, lo único que quería era follarmela, hacerle una paja rusa, qué se yo, en el momento se me ocurría algo. Como soy bien hombrecito para mis cosas, no me dejé vencer, y la busqué. Después de unas semanas, logré encontrar su paradero, su lugar de trabajo una oficina (es secretaria), fui a visitarla y al verme comenzó a sonreír. La invité a almorzar y me dijo que se notaba que no la dejaría tranquila y aceptó. Una vez allí me calente más y más. Ella estaba con una blusa que dejaba ver sus pechos yo con una tremenda erección, comenzé a tartamudear y después de unos minutos, se me cayó mi vaso, derramando la bebida en mi pantalón. Me paré y le dije que debía ir a limpiarme al baño. Me sonrío y me dijo que me apurara. Una vez en el baño, comencé a pasarme unas películas, me la imaginé "a lo perrito" (mi especialidad), a lo aviador etc. Luego de unos minutos intentando secar mi pantalón, notó que alguien entra al baño. ERA ELLA. Me asombré y me dice tranquilo, noté que te demorabas, así que decidí venir a buscarte. Yo sorprendido le dije muchas gracias. Al segundo me vieron unos instintos bajos, y me calenté, sentí que todo mi cuerpo de macho quería que esa hembra fuese mía, quería comermela, penetrarla, romperle el culo, estaba loco... Atiné y la agarre fuertemente, cerré la puerta del baño con llave, mientras le rajaba su ropa y ella gemia, diciéndome ésto no es correcto. Le dije "es que me tienes caliente, no soporto no poder culiarte". Me dijo "pensé que eres mas educado, como mi marido. Necesito un macho, un toro, no un hombre fino y educado. Le bajé su falda, noté que su conchita estaba húmeda, comencé a besarle todo el cuerpo. Ella daba pequeños gemidos, le lamía sus rodondos pezones, los tironeaba con mis dientes, con mis dedos me entrometía en su vagina, alcancé su clítoris. Me sacó mi camisa, y me dijo " ¡guau! que físico que tienes". Le dije que era muy deportista. Me agaché y comencé a lamerle su clítoris, con mi lengua lo frotaba, gritaba, gemía, y llegó su primer orgasmo. Termino me levanto y me dice "es mi turno", se agacha y me comienza a dar una mamada de puta madre, con su lengua, lamía mi glande, luego se introducía todo mi pene en su boca, lo que le provocaba arcadas. Luego de esa espectacular mamada, le entrometí mis grandes dedos en su coño, intentando buscar su punto G... Una vez localizado, se lo comencé a frotar, y gritaba más que la primera vez, con mucho ahincó, gritaba, gritaba, no daba más. Una vez que me cansé de meterle mis dedos, la puse en cuatro y le comencé a dar con toda la fuerza de un tigre, de un animal bruto en su máxima expresión, y es que no estaba cansado, claro que no, soy muy deportista como ya lo dije anteriormente. Ella ya no daba más y la cambie de pose. Ahora estaba con sus piernas en mis hombros, y yo métale dándole. Me decía que necesitaba descansar, y yo le dije ya comenzaste, debes acabar, además yo soy el que manda, tú eres mi esclava. Me agarraba mis nalgas y me las apretaba, yo hacía lo mismo con sus pechos, mientras la besaba. A fue genial darle duró obviamente con cóndon. Y al fin llego mi turno, le dije "ya me vengo". Me respondió "al fin". Termine con un gran orgasmo al igual que ella, los dos al mismo tiempo, y por un momento me sentí en el cielo y la tierra, poderoso e indefenso. Cuando terminamos, me sacó el cóndon y le dije "quedé con ganas", me dijo "pero que hombre no te conformas con nada". Así soy yo. Luego le dije que me debía un anal, asi que la puse de boca al suelo y le comencé a dar, me dijo que era virgen, nunca nadie la había penetrado por su culito bien paradito", le dije que mi pene tenía mucha lubricación que no le dolería, pero lo cierto es que si le dolío, sufrió mucho, le salió sangre y yo con eso me excitaba mucho más. Creo que le di con mucha potencia, pero ella no se quejaba, solo exclamaba gritos y gritos de placer. Y me decía no pares, eres un dios, a que hombre. Y así durante un tiempo. Cuando acabe, tuve que limpiarme el pene y ella quedó tirada en el suelo. Se vistió y salimos por separado del baño. Yo primero, noté que había mucha gente esperando afuera. Asi que la fuí a buscar y cuando salimos juntos, notaron lo que había pasado. No nos importó, estaba tan contento y ella también. Nos fuimos y la dejé en su trabajo, prometimos volver a vernos. Y la segunda visita, sin duda que fue mejor que la primera. En conclusión, siempre terminaba diciendome que era un verdadero macho y que mi pene era demasiado grande y su conchita nunca se acostumbraría. Bueno eso, hombres del mundo, lo invito a hacer deportes y tener sexo.

 

El Autor de este relato fué Jos%E9 , que lo escribió originalmente para la web https://www.relatoscortos.com/ver.php?ID=15010&cat=craneo (ahora offline)

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2025-01-18

 

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