Encadenado, como no, siempre es lo mismo, a un lado tengo uno de esos apestosos trolls y al otro tengo a ese malcarado de Gazok, un orco idiota que apenas sabe decir tres palabras seguidas, no me considero para nada inteligente, pero la verdad es que ese celebro de mosquito consigue sacarme de quicio.
Sí, nos encadenan unos días antes de la batalla, he oido decir que de esta manera salimos con más ganas para luchar, la verdad, no sé quien tuvo era gran idea, nos lo han hecho tantas veces que se ha convertido en rutina, pero supongo que al salir al campo de batalla lo haremos con ganas porque un orco tiene que hacer lo que tinen que hacer.
Uno de los señores oscuros, los llamo así porque la mayoria de las veces van vestidos de negro, nos dice que nos preparemos para salir, se nos reparten las armas, pero, ¡Que armas! la mayoría están viejas, oxidadas o melladas. No podemos aspirar a más, yo intento siempre coger alguna espada medio decente, pero hoy me ha tocado un hacha de batalla que apenas puedo sostener. Nos quitan las cadenas, es un alivio poder desacerme del olor nauseabundo de ese maldito troll, no es que yo sea limpio o algo parecido, pero la verdad es que estas grandes criaturas son lo más pestilente que he olido nunca.
Gazok me ha mostrado un grato saludo \"Te... voy... matar\" al parecer alguien le ha dicho lo que opino de su inteligencia, bueno, en la batalla tendré que vigilar mis espaldas, el bueno de Gazok es bastante bueno con las armas. Blog de Nutricion, Entrenamiento y Fitness
Salimos al páramo, ¡ maldita sea! ha llovido y todo está lleno de barro, además hace un frio que congelaría el culo de un dragón de hielo, pero tenemos que salir, al otro lado hay un ejército de enanos muy bien armados, esos malditos tapones son difíciles de matar, pero es mi trabajo.
Escucho un gruñido a mi espalda mientras corremos, Gazok quiere cumplir su amenaza antes de empezar, lo miro tranquilamente sin miedo y sin ninguna intención de huir, él leanta una formidables epada a dos manos pero el suelo resbaladizo lo traiciona y cae aparatosamente en el cieno, apenas puede levantarse mientras un troll les pisa un pie produciendole un gran dolor.
Me acerco con mi enorme hacha de batalla, le sonrio y de un solo tajo le corto la cabeza, me quedo con la espada claro y de paso con sus botas, no son de mi número pero seguro que las podré vender por un par de escarabajos en las gachas de la cena.
No es algo agradable, pero es mi vida, ya se sabe un orco tiene que hacer lo que tiene que hacer. Si no hiciera esto ¿que sería? ¿uno de esos afeminados elfos? ¡ anda ya!
El Autor de este relato fué Handar , que lo escribió originalmente para la web https://www.relatoscortos.com/ver.php?ID=4029 (ahora offline)
Relatos cortos fantasia Rol Un orco tiene que hacer lo que tiena que hacer
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2024-09-21
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