- Necesito verte – la voz suena triste, seca, rota -. Soy consciente de que quieras olvidarme, pero no me preguntes por qué, es una necesidad que surge del fondo de mi alma.
ANNE
Hace poco me sorprendí garabateando en una libreta a cuadros las cinco cosas que más me deprimen. El orden era el siguiente:
COSAS QUE ME DEPRIMEN
1. el sol
2. el amar sin concesiones y que no me respondan
3. la capacidad que tiene la gente de causar dolor sin sentido
4. cenar sola
5. el olor a humedad
tal vez el orden no sea del todo correcto, pero salió así y una vez escrito, me pareció una pequeña traición modificarlo. Aunque a decir verdad, la vida esta llena de pequeñas traiciones personales. Ocurre a diario, todas las mañanas te levantas pensando, jamas volveré a encender un cigarrillo y sabes que no es cierto. Pero de todas las cosas que he traicionado, hay una que sigue intacta. El amor que te profeso. Posiblemente no sea sano, sobretodo después del tiempo que ha pasado ya, pero no tengo palabras para definir lo que aún sigo sintiendo por ti, son cosas que solo se pueden explicar hacia dentro y a base de caricias. Las palabras pierden cualquier tipo de sentido. Me pregunto si aún estarás en alguna parte. Me gustaría saber si aún podrías volver a mi lado y hacerme reír de aquella manera tan especial. Y cada vez saben más a vinagre los besos sin amor.
PAUL
Ante mis ojos, el balance de beneficios del año anterior espera ansioso un análisis profundo de su situación. Sin embargo, en el margen derecho, con letra poco cuidada enumero,
COSAS QUE ME HACEN SENTIR FELIZ
1. la luna
2. el amar sin concesiones y que me correspondan Filtros de Agua
3. la capacidad que tiene la gente de hacer feliz a los demas sin sentido
4. cenar con la persona adecuada
5. el olor a nostalgia
¿Qué he hecho con mi vida? Tengo la sensación que en cada cruce tomé el camino erróneo. ¿Por qué no me di cuenta a tiempo? Estuviste mucho tiempo ahí, pero me acostumbré a que estuvieras y me cansé. Era fácil llamar y saber que seguías loca por mi. En cierta manera, y de un modo morboso, era placentero. Sabías que estaba con alguien, pero eso no te importaba, me eras fiel y esperabas una reacción por mi parte. Y esa reacción nunca llegó. Me pregunto si habrás dejado de quererme. Seguro. Olvidar, eso es lo único que me queda. Muchas veces me despierto de madrugada, me escapo con esfuerzo de mi lado de la cama para no molestarla a ella y voy a la cocina. Abro la nevera con la intención de saciar este fuego que me quema por dentro. Y es entonces, a oscuras, solo iluminado por la luz del frigorífico cuando pienso en ti y en el sabor de tu cuerpo. Y lo único que me cuestiono es, ¿será feliz o la tristeza se la habrá comido? Odio el sabor a vinagre
- He oído tu mensaje – la voz suena triste, seca, rota -. Sé que no debería llamarte, hace mucho tiempo de todo aquello, pero el tiempo es algo tan relativo. Sigo siendo yo, pero no se si eso te sirve de mucho. Besos.
El Autor de este relato fué Fred Varjak , que lo escribió originalmente para la web https://www.relatoscortos.com/ver.php?ID=8570&cat=craneo (ahora offline)
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2025-01-14
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