Relatos cortos humor Hechos Reales Desahogarse

 

 

 

Todos los seres humanos llegamos a ese punto en el que nos sentimos a punto de estallar, y hay que desahogarse, por eso, cuando a mi me pasa esto, yo me voy al médico.

Si , si, el médico. Es el mejor revitalizante que existe y ha existido jamás, como la inquisición.

Pongamos que te despiertas una mañana temprano…las 7:44…desayunas y recuerdas la cena de ayer con tu novio, un horror, ¿verdad? , pues nada, coges a las 8:00 llamas al médico , porque ir con turno no mola, eso es como ser invitado VIP, no no no. Tu vas sin turno, quieres que sepan que vas de improvisado, que vas “a liarte a hostias” con el que se te ponga machito.

Bueno, llamas (la décima vez que lo haces) y te cogen el teléfono:

-“Buenos días, centro de salud pública de Puebloperdido, ¿dígame?”

 

-“Si mire, buenos días, quería saber si puedo ir sin turno antes de que empiecen los agraciados que lo tienen…”

-“Pásese a las 8:30 que enseguida le coge el doctor”

En esto te miras el reloj…¡¡¡LAS 8:20!!! Te pones lo primero que pillas… la ropa de ayer, coges la tarjeta, las llaves, el móvil y el dinero y sales escopetado por la puerta.

Llegas sudando, sin aliento y moribundo al mostrador y dices:

-“He llamado esta mañana para venir sin turno…”

Y te dicen:

-Sí, sí, espere con este tíquet ahí sentado, que enseguida le llaman.

Llegas a la puerta de tu consulta y hechas un vistazo… no está el médico…has llegado el primero…no hay nadie…

Así que, te sientas. Las 8:30 en punto. Eres el amo, has llegado, has batido un récord, y piensas que, cuando llegues a casa, vas a llamar a los del “libro Guiness” para informarles.

Realmente, en el médico se demuestra una de las más grandes teorías matemáticas: La proporcionalidad.

El número de señoras y señores de la tercera edad es directamente proporcional al tiempo que se está en el médico.

Entonces, si en cada minuto vienen 2…

En media hora tienes a 60 Abuelas cotilleando a tu espalda, vamos, ¡Que hay un ambientazo!...

Y como no te puedes quedar callado, tienes que enseñar tu cartelito…tu “improvisación” sin número a todo el que pasa…

-“Perdone, ¿usted va al doctor Fulano de tal?”

-“Sí, pero todavía no está, llevo 15 minutos esperándolo, ya sé que Marujita se ha separado de su novio cubano, sé que Loles la del quinto es una guarra y como yo no llevo turno…llevo esto que me han dado en el mostrador…

Y dicho esto, una de las abuelas toma el mando… y sí, te planta cara, ¡a ti! ¡A ti que vienes de improvisado!, ¡a ti que ayer discutiste con tu novio! , ¡A ti, que podrías ser su nieta! Recetas faciles y rápidas

Te dice:

-Perdone usted, ¿Pero lo suyo es una urgencia médica?

Y tú le contestas:

-Sí señora, estoy aquí desde las 8:30 y ya son las 8:55.

-Lo siento, jovencita, pero yo tengo prisa y una urgencia médica.

-Lo comprendo señora, pero yo he venido antes, tengo la misma prisa que usted, llevo el ojo sangrando en la mano y se me cae la nariz…

-Pero eso con un par de tiritas…

Decides abandonar la conversación dejando a la supernena hablando con la pared y poniéndote verde, hasta que lo ves…

Tu salvación, el médico… son las 9:05…estás acongojado de miedo pensando: “Mira que si no me cogen…”

Al fin, lo pregunta:

-¿Hay alguien sin turno?

Y tú saltas del asiento antes que tu amiga la vieja y dices:

-Sí, yo doctor.

Pero se oye una tercera voz que amenaza:

-¡Eso no es una urgencia médica!

Una vez dentro de la consulta, presentas tu problema, el doctor hace gestos extraños con la cabeza y te mira la cara de gilipollas que estas poniendo para intentar explicarle técnicamente que…

…Te duele la garganta.

El doctor te dice que te subas la camiseta y…entonces lo recuerdas… ¡¡¡¡ te has puesto el sujetador sexy de ayer, el de “no recomendado para menores de 21 años!!!!...

…Acabas viendo la cara de viejo verde salido del doctor mientras te osculta, hasta que te bajas la camiseta rápidamente y le mandas indirectamente a pastar.

Llega el momento de hacerte las recetas…

-Te voy a dar capsulín, aspirín, ventolín y un supradín de regalo, que me ha caído usted bien…

Nada, que al final llegas a la farmacia acojonado porque la vas a comprar entera y crees que vas a morir, hasta que dice el farmacéutico:

-Qué, ¿resfriado?

Cuando llegas a casa estás que hechas humo, pero ya no te acuerdas del novio, sino de las abuelas, del doctor salido y del farmacéutico gracioso y acabas en tu cuarto gritando y dándole patadas al osito de peluche, que eso le pasa por alcahueta.

El Autor de este relato fué Eva Maria Gonz%E1lez , que lo escribió originalmente para la web https://www.relatoscortos.com/ver.php?ID=11274&cat=craneo (ahora offline)

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2024-10-29

 

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