Martes 8 de enero del 2,002
El ruido de agua que se estrellaba contra el piso me sirvió como despertador.
Saliendo con dirección a la cocina, dos cuerpos envueltos en toallas cruzaban ante mí. Las pequeñas al percatarse de mi presencia abrieron las toallas y me nostraron sus cuerpos desnudos y rozagantes.
Yo inicié la carrera para cortarles el paso a su cuarto pero sólo alcanzé a palmearle las nalgas a mi prima.
- ¿Qué son esos gritos?- inquirió mi madre.
- No es nada mamá.- contesté simulando. Son esas dos locas, no sé que tienen.
El día transcurrió simple y monótono en la casa. Y tan sólo esperaba que dieran las cinco de la tarde para que mi madre se fuera a la capilla de nuestra urbanización, la cual para mi fortuna, ella era encargada.
Al sonar el relój, un silencio se apoderó de la casa, y el azotar de la puerta de la calle llenó ese vacío.
- Ya se fue mi tía.- dijo Stefany.
- Sí, ya lo sé.- contesté.
Nos metimos presurosos al cuarto y sus ropas volaron hasta la mesa de noche.
- Pónganse para hacer el sesenta y nueve.- dije ordenando.
- Ya, está bien.- contestaron las nínfulas.
Sus habilidades iban en aumento con cada día que pasaba, a la par que sus deshinibiciones.
- Oye, ¿sabes otras poses, cierto?- preguntó mi prima.
- Por supuesto, sólo esperaba el momento oportuno.- dije.
- ¿Y entonces qué hacemos?- preguntó Anita.
- Bueno, yo me quedo así como estoy.- dije orientando. Una de ustedes se sienta encima para que mi pene entre en su vagina.
Stefany se deslizó hasta mi vientre y fue siguiendo cada uno de los pasos indicados.
- Me pongo así, ¿cierto?- preguntó.
- Aja, así esta bien.- dije aprobando. Ahora dirige mi pene hasta tu vagina.
- A ver un momentito.- dijo ella, mientras su mano orientaba mi pene. Ya lo puse ahí.
- Ya, ahora lentamente ve sentándote sobre mí.- dije. Sigue así primita no te detengas.
- Sí, ya siento que está entrando.- contestó eufórica.
Dirigí mi mirada a Anita quien me sonrió dulce e inocente.
- Sigue deslizándote Stefany.- dije animándola.
- Ahhhhh... que rico se siente.- contestó gimiendo y cerrando los ojos.
Al entrar completamente dentro de ella, le indiqué que subiera y bajara según el ritmo que impusiera. MX Motocross
- Uhm, que bien te mueves primita.- dije fascinado. También puedes restregarte y moverte haciendo círculos.
- Ah,ah,ah... ¿así quieres que me mueva?- preguntó mordiéndose los labios.
- Así mismo, primita querida.- respondí.
Después de un rato de gozar a Stefany, le llegó el turno a su amiga.
- Suficiente pequeña.- dije agitado.
Mi prima se levantó y se hizo a un lado, dejando a la luz mi pene erecto y lubricado. Anita se acercó y procedió a colocarse.
- ¿Así está bien?- preguntó inocente.
- Sí.- dije sencillo. Ahora has lo mismo, dirige mi pene hacia tu vagina.
- Uhm... ya está.- dijo sonriendo.
- Ve sentándote suavemente.- dije, mientras la tomaba por la cintura.
- Ah,ah,ah... ya está entrando.- dijo. Se siente más grande que las veces anteriores.
- Ja,ja,ja, está igual.- contesté riendo. Lo que ocurre es que con esta pose entra prácticamente todo.
- Aya, con razón.- dijo, mientras iniciaba el sube y baja.
Mientras la pequeña brincaba como toda una experta, yo frotaba sus turgentes senos y apretaba con mis dedos sus pezones.
- Ayyyyy, que rico se siente.- profirió sin detenerse.
- Uhm, eres hermosa mi niña.- contesté.
Atraje su cuerpo hacia mí hasta tener sus deliciosos pezones al alcance de mi serpenteante lengua. El ritmo que imponíamos era trepidante y sus cabellos alborotados caían por su rostro.
- Echate Anita.- dije ordenando.
Sus largos cabellos rubios cubrían mi rostro y nuestras bocas se encontraron lujuriosas. Los gemidos se fueron incrementando, gotas de sudor bañaban nuestros cuerpos y el final parecía no llegar. Un espasmo recorrió nuestros cuerpos y el orgasmo se disolvía entre susurros. Nos quedamos largo rato abrazados mientras recobrábamos el aliento.
- Sigues tan deliciosa como la primera vez.- dije tiernamente. Me gusta mucho hacerte el amor.
- A mi también me gusta hacerlo contigo.- replicó sonriendo.
Nos besamos dulcemente mientras mi prima se acercaba. Las tres lenguas jugaban lascivas y húmedas.
El Autor de este relato fué Laszlo , que lo escribió originalmente para la web https://www.relatoscortos.com/ver.php?ID=7054&cat=craneo (ahora offline)
Relatos cortos eroticos Desvirgaciones Día 4
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2024-12-12
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