Relatos cortos eroticos Desvirgaciones MI PRIMERA VEZ - FOLLADO POR MI TIO!

 

 

 

MI PRIMERA VEZ - FOLLADO POR MI TIO

Bueno, la verdad, no era exactamente mi tío, se trataba del esposo de mi tía y por lo tanto, al ser el tío político, le decíamos tío y eso le gustaba mucho a él.

Tenían una hermosa casa veraniega en un pueblito de delicioso clima templado, con una piscina espectacular y una casa de 16 habitaciones que les permitía recibir numerosos parientes y amigos durante las vacaciones de verano y también los fines de semana.

Como nada en la vida es completo, no pudieron tener hijos y se conformaron con adoptar a dos chicos de un orfanato, una chica y un chico que debían tener casi mi misma edad para la época del relato. Nuestras edades debían estar entre los 13 y los 14 años aproximadamente. Debo aclarar que todo el tiempo los tratábamos como primos de verdad y disfrutábamos juntos de momentos de verdadera alegría juvenil.

 

Un día que jugábamos en la piscina, accidentalmente se le desató la parte de arriba del traje de baño de mi prima Pilar y a menos de un metro de distancia pude ver sus teticas que estaban ya casi formadas. La miré con ojos desorbitados mientras ella en medio de un vergonzoso rubor, se cubría el pecho con sus manos. Walter, mi primo, junto con otras chicas y chicos se burlaban de Pilar y yo me apresuré a ayudarle a atar las tiras del brasier a su espalda.

Luego de la cena, casi todos salieron al patio a escuchar cuentos de terror narrados por doña Emérita, una amable anciana madre del mayordomo. En el comedor me quedé acabando de cenar (Hasta ahora soy muy lento para comer) y frente a mi, se quedó mi tío bebiendo una taza de café que le encantaba luego de la cena.

_ Cuéntame con detalles lo que pasó con Pilar en la piscina esta tarde…me dijo mirándome a los ojos.

_ Que pasó de qué tío? Contesté algo aturdido por su pregunta.

_ Alcance a ver a Pilar sin brasier y todos burlándose de ella menos tú. ¿Tú se lo quitaste?

_ Noooooooo tío! Cómo puedes pensar eso de mi! Yo no sería capaz de hacerle eso a mi prima!

_ Dime una cosa: ¿Te gustan las mujeres o te gustan los hombres?

_ Tío! Yo soy hombre y lógicamente me gustan las mujeres ¿Por qué me preguntas eso?

_ Por nada…solo pensé…

_ ¿Qué pensaste? Insistí.

_ Pensé que no te gustaban las mujeres

_ Tío –dije en tono aclaratorio- a Pilar se le soltó la tira del brasier sin que nadie se de cuenta y yo por respeto solo acudí a su lado a ayudarle.

_ entiendo. Dijo mi tío y se marchó para el patio.

Llegó el fin de las vacaciones y nos despedimos nostálgicos. Yo debía quedarme a ayudar a mi tío con los últimos detalles y viajaríamos a la ciudad dos días después. El día transcurrió lento y monótono, permanecí en la piscina casi toda la tarde, bajo la mirada escrutadora de mi tío. De cuando en cuando me llamaba a su lado para preguntar cualquier tontería hasta que me di cuenta que lo que le interesaba era mirarme las nalgas.

Esa idea se quedó en mi mente taladrándome. ¿Será que a mi tío le gustan los chicos? ¿Será que yo le gusto y no se atreve a decirlo? Decidí averiguarlo y para ello, me puse muy coqueto con él. A cada rato pasaba a su lado sonriendo con una fingida alegría para ver como reaccionaba, pero nada. Ni se inmutó.

Luego de la cena me despedí para retirarme a mi habitación pero él me pidió que le ayudara a revisar algunos discos que estaban desde hace días amontonados fuera de sus respectivos estuches. Accedí y fuimos a la sala. Mientras yo organizaba cada disco, mi tío hacía sonar aquellos que mas evocaban momentos románticos. Al rato me dijo que iba por un trago que ya regresaba. Seguí concentrado en mi labor hasta que percibí una fragancia muy varonil y muy sensual y al levantar la mirada me encontré con mi tío que me sonreía y me ofrecía un vaso de vodka. ¡Se había quitado la ropa y se había puesto una bata de casa y por supuesto, se había perfumado cuidadosamente!

 

_ Discúlpame la demora es que me fui a poner cómodo, espero que no te moleste.

_ Claro que no me molesta tío. Es tu casa y puedes hacer lo que te provoque. Respondí con fingida indiferencia.

_ Tío, yo no tomo licores. Le dije haciendo el ademán de devolverle el vaso.

_ Tranquilo bebé, conmigo vas a estar bien, yo procuraré que no te haga daño. Y chocó su vaso con el mío. ¡Salud!

_ ¡Salud! Respondí sintiéndome igualado a mi tío. De verdad era mi primer trago. Sentí que quemaba mi boca y mi garganta. Tuve que tomar tres grandes sorbos de agua para atenuar el efecto quemante del trago. Sin embargo, un rato después, sentía que había una fiesta en mi boca, ese trago estaba sensacional. Uno tras otro los fui ingiriendo y cuando quise levantarme sentí que se me movía el piso. Estaba ebrio.

Estaba sonando una hermosa balada en el equipo de sonido. Mi tío se levanto hacia mí, me tomó de las manos y me levantó llevándome al centro de la sala.

_ Bailemos, dijo. Como un autómata lo seguí. Me tomo por la cintura y un brazo como si yo fuera una chica y me dejé llevar. Al rato mis brazos rodeaban su cuello y él me apretaba contra su cuerpo. Al terminar la canción me llevó a sentarme a su lado en un mullido sofá.

Me abrazó y empezó a besar mi cuello y mi oreja haciéndome sentir corrientazos que en principio me llenaron de temor.

_ tranquilo amor, me susurró al oído. Nadie se dará cuenta de lo que estamos haciendo y además será un lindo secreto que guardaremos juntos. Blog quiniela

_ Tío… ¡pero a mi no me gusta esto! Repliqué asustado. Y sin darme tiempo a reaccionar me abrazó fuerte y me besó en la boca. Quise evitarlo, quise apretar los dientes pero toda lucha era inútil en ese momento, sentía cómo se agitaba su lengua dentro de mi boca hasta que decidí claudicar.

Me recostó en el sofá y me despojó rápidamente de toda mi ropa. Mi pequeño pene tenía una erección a medias que el completó con una chupada espectacular.

_ ¿Te gusta? Pregunto sensual. Yo solo respondí con un tímido ¡aja!. Volvió a besarme en la boca y me dijo: Quiero que por esta noche tú seas mi novia, mi niña inocente y consentida para poseerte y enseñarte lo que debes saber del sexo. Quiero que uses alguna ropa de Pilar, quiero que te pongas linda para mí. ¿Quieres?

_ Bueno. Y me dirigí tambaleante al cuarto de mi prima. Al inspeccionar su closet me encontré con un completo surtido de faldas, blusas, zapatos y ropa interior. Extraje algunas prendas y las coloqué sobre la cama sin poder decidir que era exactamente lo que mi tío quería que usara. En esas cavilaciones estaba cuando entró y se molestó porque aún continuaba desnudo.

_ ¿Qué pasó nena? ¿Por qué no te has vestido?

_ Ya voy tío le dije. Lo más rápido que pude me vestí. Llevaba puesto una falda de pliegues, una blusa de lycra con tiritas en los hombros y un juego de ropa interior de Luego de la cena me despedí para retirarme a mi habitación pero él me pidió que le ayudara a revisar algunos discos que estaban desde hace días amontonados fuera de sus respectivos estuches. Accedí y fuimos a la sala. Mientras yo organizaba cada disco, mi tío hacía sonar aquellos que mas evocaban momentos románticos. Al rato me dijo que iba por un trago que ya regresaba. Seguí concentrado en mi labor hasta que percibí una fragancia muy varonil y muy sensual y al levantar la mirada me encontré con mi tío que me sonreía y me ofrecía un vaso de vodka. ¡Se había quitado la ropa y se había puesto una bata de casa y por supuesto, se había perfumado cuidadosamente!

 

Al verme llegar me preguntó por qué no me había maquillado. Le respondí que no había maquillaje en el cuarto de mi prima. Entonces me llevó hasta el tocador de mi tía y él mismo procedió a maquillar mi rostro. Cuando terminó me mire al espejo. ¡No podía creer lo que veía! Frente a mi estaba una chica muy linda, mi cabello largo hacía el efecto mucho más natural y mis ojos parecían más grandes y llamativos. Y ni qué decir del resto. Mi cuerpo delgado calzaba perfectamente en las prendas de Pilar.

Me tomo de las manos y me levantó, me hizo dar una vuelta completa sonriendo maravillado.

_ ¡Sencillamente estas preciosa nena! ¿Cómo te gustaría que te llame?

_ No se tío… llámame como tu quieras.

_ ¡Ya se! Dijo con tono triunfal. A partir de hoy te llamaré Andrea que es muy parecido a tu nombre Andrés. Te convertiré en Andrea, mi putica personal y te consentiré mucho.

Puso música bailable y nos pusimos a bailar. Seguimos tomando vodka pero esta vez, mezclado con jugo de naranja y poco a poco fui asumiendo mi nuevo rol secreto. En medio del baile me apretaba y me besaba con pasión y me susurraba groserías al oído que en lugar de molestarme, me excitaban más y más.

Luego me llevó a su enorme cama nupcial y empezó a manosearme todo el cuerpo con furor. De un tirón me arrancó el panty y colocándose boca arriba, me puso sobre él en dirección contraria explicándome que eso era un “69”. Introdujo en mi boca su pene ordenándome que chupe a la vez que besaba y hurgaba mi ano con sus dedos.

Me llevó hasta el filo de la cama poniéndome en cuatro, me untó una crema lubricante y luego de juguetear con sus dedos embadurnados de crema, fue metiendo su tolete.

Yo lloraba como una chiquilla y eso en vez de preocuparle parecía que lo llenaba de morbo porque arreciaba en sus embestidas. Creí que me iba a morir, que me estaban empalando, me decía: ¡putilla, zorra, toma para que dejes de andar repartiendo culo, te voy a mantener ensartada a mi antojo! Cuando por fin se corrió dentro de mi, sentí su leche caliente que inundaba mis entrañas y un gran alivio al sentir que su instrumento se encogía y era retirado de mi sufrido culito. Me limpié y cuando me iba a retirar a mi cuarto me dijo que debía dormir con él. Accedí, sólo me quité las sandalias y me acosté con mi faldita y mi blusa. Al amanecer, mi tío aún dormido tenía una gran erección y no pude resistir la tentación de acariciar su pene. Al sentirse masturbado se despertó riendo por mi osadía.

Sin más ni más, se montó sobre mí y me penetró nuevamente. No se cómo ni por qué, esta vez lo disfrute maravillosamente. Parecía una loca pidiéndole más y que me diera más duro, que se viniera a chorros. Entendió mi mensaje y se vino como un caballo haciéndome tener una corrida espectacular. Después de esa vez tuvimos otros encuentros furtivos.

El tiempo ha pasado pero esa forma de perder mi virginidad siempre la he de recordar y he de guardar la esperanza que mi tío vuelva a tenerme como su putica consentida.

Si quieren que les cuente más, escríbanme a [email protected]

El Autor de este relato fué SOL , que lo escribió originalmente para la web https://www.relatoscortos.com/ver.php?ID=11802&cat=craneo (ahora offline)

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Bueno, la verdad, no era exactamente mi tío, se trataba del esposo de mi tía y por lo tanto, al ser el tío político, le decíamos tío y eso le gustaba muc

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2024-11-30

 

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