Relatos cortos eroticos Hetero Mi estilista

 

 

 

Creo que en este tipo de relatos se debe especificar si son reales, se soñaron, fueron contados por amigos o son sólo fantasías de uno mismo.

Me dicen Willis y ando en los 40 y tantos años de edad, ayer tuve un sueño erótico muy agradable y placentero, mira, les cuento:

Me encontraba en casa tranquilamente armando un rompecabezas (puzzle) como a eso de las 6 de la tarde. De repente, me dieron ganas de ir a la estética para que me hicieran un corte leve de cabello. Para su conocimiento, me crece muy rápido y tengo que ir por lo menos cada mes. Ahí se encontraba mi estilista mujer, Normita, una joven madre soltera de 28 años que tiene un niño de 4 años. Ella no es alta, mide aprox. 1.55 m. y pesa aproximadamente 45 kg, cuerpo muy finito, pero con todo lo necesario para complacer a un hombre. Pechos pequeños, piernas delgadas, pero no flacas, vientre plano, nalgas bien formadas, sonrisa agradable y para qué te cuento más, mejor vayamos a lo que nos truje.

 

Empezamos a platicar mientras me estaba cortando el cabello, me comentaba que no había mucho trabajo y que se sentía aburrida. De repente, le pregunté si había tenido relaciones últimamente (no sé por qué le pregunté eso bruscamente), me dijo que ya tenía mucho tiempo que no, y que si pudiera que lo haría conmigo. Ella sabe que soy casado y que no soy muy atractivo que digamos (ella dice que tengo algo que le atrae). Le dije que yo también tenía deseos de hacerlo con ella, pero no me atrevía a decírselo pues, aunque es menudita, me era sexualmente atractiva y su trato es realmente excelente.

Entonces sin pensarlo, me dijo que iba a cerrar la cortina de la estética para que pudiéramos platicar más agusto lo que quisiera uno del otro, le dije ok.

Y nos pusimos a platicar de las experiencias sexuales y nos calentamos tanto que nos pasamos a la parte interior de la sala. Ahí hay un cuartito con una pequeña camita, empezamos a besarnos y a acariciarnos con muchas ganas, hasta que ella me dijo que me quitara la ropa, lo hice y yo le quité la ropa también. Ví que era lo que pensaba, todo era casi real, delgadita y con un cuerpo bien cuidado, piel morena clara, con pecas en los pechos. Sus pequeños pechos estaban muy bien formados y duros, pues se los acariciaba con suavidad y cabían muy bien en mis manos. De hecho, me dijo que estaba muy excitada con eso. Entonces nos tiramos a la cama y ahí sin ton ni son.... se lanzó sobre mi pene, ya erecto y duro. No había yo sentido tanto placer y gusto por la acción que hizo, ella me susurró que no había visto pene tan grueso y duro (mide 15 cm).

Yo pasé a lamerle y morderle los labios de su vagina y con el líquido lubricante que sacaba, ella gemía de placer, me excitaba más y de mi pene salía mucho líquido seminal, pero lo más extraño aquí era que su vagina estaba muy estrecha y firme, y me puse a pensar en cómo ella se podría meter mi pene con las dimensiones antes descrita en esa hendidura tan estrecha. Creo que me leyó el pensamiento pues, de repente, me dijo que quería que la penetrara, se puso de a perrito y empezó a buscar mi pene, intentado colocarlo en su hendidura. Su vagina ardía y ella se movía de increíble manera. Mi pene estaba hinchado, caliente, rojo y muy lubricado, además de que seguía muy duro y con la saliva de mi fogosa flaquita, imagínate, estaba listo para que ella disfrutara la penetración.

El primer intento fue realmente difícil. Norma intentaba con fuerzas introducirse el falo. Afortunadamente, estaba duro y erecto, yo ya no la acariciaba, sólo intentaba colocar el pene en su concha y empujando, y ella intentaba lo mismo. De pronto, entró sólo la cabeza. Ella sintió que se corría, pero me dijo que podía aguantar hasta que yo la penetrara todo, y coincidimos, empujamos al unísono y entró casi la mitad de mi pene. Yo ya me quería venir, pero no sé de dónde saqué fuerzas para aguantar, y seguí empujando hasta que mis testículos chocaran con su ardiente piel. Nos quedamos así un momento. De hecho, sentimos como si hubiéramos alcanzado la cúspide, y nos llenamos de alegría y placer. No sé realmente lo que sentíamos, pero era algo tremendamente placentero.

Empezamos a movernos poco a poco, sacando y metiendo suavemente mi pene, su vagina era como un guante de cirujano, se acoplaba firmemente a mi pene, sin tener para donde ir, bien justo y delicioso. Eso me causaba el mayor de los deleites, me arrepiento de no habérselo pedido antes, esto era la gloria. Ella ya estaba a punto de correrse, así que la abracé fuertemente, fundiendo sus nalgas con mi abdomen, lo que hizo que mi flaquita gimiera y gritara de placer y se corriera como nunca. Su líquido ya escurría por mis testículos. Yo hice lo mismo, sentí que la vida se me salía por mi pene. Saqué todo el semen que tenía y lo deposité hasta el fondo de su vagina, fue uno de los momentos más maravilloso que he tenido.

Pero siguiendo con este acto maravilloso de la naturaleza, empezamos a acariciarnos y a jugar, a penetrar y sacar. Queríamos que esto no terminara nunca, así que seguimos por unos minutos más hasta que saqué mi falo, pero al sacarlo fue como si descorchara un vino espumoso,... todo salió a chorro, eso fue grandioso…

Continúa parte II…

El Autor de este relato fué Billy10 , que lo escribió originalmente para la web https://www.relatoscortos.com/ver.php?ID=15451&cat=craneo (ahora offline)

Sitio recomendado:Relatos eróticos

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Creo que en este tipo de relatos se debe especificar si son reales, se soñaron, fueron contados por amigos o son sólo fantasías de uno mismo.

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2025-03-31

 

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