Relatos cortos eroticos Hetero Sexo, amor e instintos

 

 

 

Ahí estábamos, parados, yo apoyado en un árbol, ella apoyada en mí, en el campo, sudados bajo el calor e iluminados por la luna.

Fue su tibia mano en mi cara en una pequeña caricia interminable

que me hizo no aguantarme más. Le dije que la amaba, y que esa curva en su trasero me hacia acechar un tacto accidental con sus nalgas. Me cacheteó y un beso en la mano que castiga le dejé en su retiro.

No me miró, solo bajó su mirada. Su pelo rubio escondite para las caricias tiernas de mis manos. Su boca que provoca un beso cual sirena al marinero. Su barbilla que ordena una dulce mordedura en sí.

Su nariz que una vez cerca de ella no te deja ir con el aire caliente y propio de ella en su exhalación. Sus hombros redondos brillaban compitiendo con la luna que alimentaba su brillo como si no hubiera podido resistirse a besarla. Sus senos escondidos en su ropa apretada, en esa ropa apretada que no podía ocultar que sus pezones estaban erectos y excitados.

 

Su hermosura.

Ella volvió a subir la vista hacia mí. Sus ojos verdes más bellos aún por unas lágrimas que no querían salir pero vivían como reclamo. Si, era un reclamo en su mirada.

Solo la tomé por sus nalgas y la halé hacia mí. Pegué su coño escondido bajo el vestido contra mi pene bajo mi ropa. Y mi lengua se hundió en su boca. Y su lengua acarició la mía con un roce cosquilleante que me endureció el pene con un calor ardiente. Me abrió la bragueta e introdujo su mano en pantalón. Me agarró el pene y lo apretó duro muy duro.

-Ahh- no pude evitar el quejido.

Mi respuesta fue, todavía con el miembro apretado subirle el vestido utilizando mis manos en la parte trasera de su ser e introduje un par de dedos en su coñito mojado y caliente como una caldera. No podía mas, la cabeza de mi pene se iba a reventar con su fuerte agarre en él, la sangre casi que no podía salir de él. Entonces mordí su lengua con fuerza, esa lengua que no había dejado ese ejercicio de serpientes, de roce y golpe en busca desenfrenada de enjaularse en su ser. Ella aflojó su agarre en mi verga, y sentí la tracción en su lengua cubierta de mi saliva. Y le subí su vestido hasta su cintura con la rapidez del torero y ella cual bestia me sacaba mi verga, se lanzó sobre mí y se introdujo mí casi al reventar pene en su vagina, yo la estaba cargando con mis manos garradas a sus nalgas y la punta de mis dedos en su culo. Ella solo hizo unos tres movimientos de entra y sale y entonces se sacó de sí mi verga la cual hinchada de forma que se veía la sombra de sus venas bajo la luz de la luna, colorada y tan caliente como afreventada. radios en vivo y radios live en español

Ella se quedo erguida a medio metro de mí, mirándome con sus ojos verdes,

bajó su mirada hacia mi verga hinchada como nunca.

-Lo siento esto nunca debió haber pasado- dijo ella desconcertante

-No, así se queda todo, lo siento pero no- dijo ella y no me lo creí.

Es que es increíble, y mi verga no podía aguantar más para discutir con ella

-Lo siento, en serio discúlpame, esto no debió haber pasado, te veo mañana- y se fue. -Tú no te vas, termina esto- le dije y la tome por un brazo fuerte.

Ella se viró y me propinó un fuerte puñetazo en mi cara.

-Déjame- dijo

-Eso no es así- y la agarre por la cintura forcejeando con ella. Me era difícil controlarla por la incomodidad del miembro erecto y grande como nunca.

La puse contra el árbol, la tome por las nalgas y la levanté en peso.

-Déjame- me decía y me golpeaba en la cara sin fuerza

lo cual solo me excitaba en ese momento.

Introduje mi verga en su vagina caliente y mojada aún. Comencé esa danza exótica de los amantes en el entra y saca de mi verga en su vagina. El sonido del movimiento de mi pene en su vagina aullaba como un exceso de fluidos. El sudor mezclado de nuestros cuerpos, nos pegaba el uno al otro. Ella seguía empujándome con fuerza pero yo era mucho más fuerte en ese momento. Con una mano desgarré sus ropas y caí a comerme sus senos fuertemente. -Ya, ya, ya- dijo y con fuerza me empujó de si y salio corriendo.

Yo estaba a punto de correrme y corrí tras de ella. La agarré y ahí parados como estábamos con ella de espaldas a mi le introduje mi verga, se la moví adentro con mucha fuerza y me corrí con fuerza dentro de ella con unos gritos que no podía aguantar.

Uno y otro disparo de semen en su vientre continuaron hasta que ya me se me acabó.

Ella sintió ese semen como golpeaba su vagina por dentro y ví toda su piel erizarse mientras ella se corría con el movimiento de la erección que quedaba todavía en mi pene. Sus gemidos con su boca abierta pedían un miembro en su boca.

-No creo que vayas a decir que te violé pues no creo que sea eso lo que pasó-

le dije.

Ella me miró desde su posición donde me regalaba su ano y me hizo un guiño de ojo.

El Autor de este relato fué Zeus Cubano , que lo escribió originalmente para la web https://www.relatoscortos.com/ver.php?ID=8072&cat=craneo (ahora offline)

Relatos cortos eroticos Hetero Sexo, amor e instintos

Relatos cortos eroticos Hetero Sexo, amor e instintos

Ahí estábamos, parados, yo apoyado en un árbol, ella apoyada en mí, en el campo, sudados bajo el calor e iluminados por la luna.

relatoscortos

es

https://cuentocorto.es/static/images/relatoscortos-relatos-cortos-eroticos-hetero-sexo-2824-0.jpg

2021-03-24

 

Relatos cortos eroticos Hetero Sexo, amor e instintos
Relatos cortos eroticos Hetero Sexo, amor e instintos

Si crees que alguno de los contenidos (texto, imagenes o multimedia) en esta página infringe tus derechos relativos a propiedad intelectual, marcas registradas o cualquier otro de tus derechos, por favor ponte en contacto con nosotros en el mail [email protected] y retiraremos este contenido inmediatamente

 

 

Update cookies preferences