Por fin se acabó la jornada laboral! Acababa de salir del trabajo y la luna llena iluminaba hasta el último rincón, excepto como siempre, el maldito callejón... lo odio, parece una cueva de lobos, jamás pasa un alma al estar tan apartado, pero es el lugar más corto para llegar a casa, hoy no está Pablo y no me puede llevar en coche, qué fastidio.
Cada vez que paso por él me entran escalofríos, tengo la sensación de ser observada...perseguida...
Tardé unos 15 minutos hasta llegar al portal de mi casa, en cuanto cerré la puerta me sentí a salvo, en mi dulce hogar...
Dejé las llaves en la entrada y fuí a la habitación a ponerme cómoda: me desabroché la blusa de seda y bajé la cremallera de mi falda, la cual cayó por su propio peso suavemente hasta mis tobillos, me quité los zapatos de tacón y al levantar la vista me contemplé un instante en el espejo, un tirante del sujetador se deslizó levemente por el hombro derecho dejando ver parte de mi pecho erecto por la brisa que corría de la ventana.
En ese instante, escuché un ruido extraño que procedía de la terraza, aparté el estor y meti la cabeza para observar sin que ningún vecino pudiera verme en ropa interior, pero allí no había nada ni nadie. Cerré la puerta y me dirigí a la ducha a darme un baño rapidito.
Después de la ducha, un poco más prolongada de lo habitual fui a ponerme algo fresquito para cenar, pero al entrar en la habitación sentí la misma sensación del callejón, el corazón me latía acelerado y antes de poder darle al interruptor para encender la luz alguién me hizo inhalar algo que me dejó entre sueños, viendo todo lo que sucedía pero sin poder mover ni un músculo.
El tipo me susurraba al oído palabras obsenas, me decía que ahora no lo podría rechazar, que iba a ser su zorra y haría conmigo lo que quisiera porque le pertenecía, decía que llevaba demasiados
años esperando este momento...Yo no podía verle a oscuras pero su voz era familiar...
Sus manos recorrieron mis muslos muy a poco a poco y sus labios besaron mi cuello con una sensualidad suprema, no podía estar pasando algo así...no sé con que droga me aturdió pero era muy efectiva porque en lugar de odiarle lo deseaba, estaba deseando que me penetrara y se dejara de rodeos. Él, sin embargo, se tomó todo el tiempo que le hizo falta, no tenía prisas y disfrutaba viendome sufrir de placer. Mientras él me acariciaba y me besaba los labios fuí notando poco a poco como notaba un ligero dolor en mis muñecas, cuando fuí adquiriendo movilidad quise encender la luz y ver quien era, pero fué inútil, el muy zorro había atado mis muñecas al cabezal de la cama, por tanto, no había escapatoria.
Se puso encima mío y comenzó a besarme y a lamerme desde l cuello hasta mi vagina, allí se deleitó dejando un clítoris hinchado de placer. Cuando estaba a punto de correrme el introdujo sus dedos en mi vagina que movió enérgicamente al mismo tiempo que su lengua me desacía en gemidos al pasarla por mi clítoris extasiado, seguía penetrándome con sus dedos, bueno prácticamente, con la mano entera porqué la dilatación era tal que consiguió intoducir 4 de los 5 dedos, aún así yo quería más y más, gemía tan fuerte que me introdujo un pañuelo en la boca y mientras me comía los labios y el clítoris empapados e introducía sus dedos una y otra vez con su otra mano introdujo levemente un dedo en mi ano, el clímax era tal que el orgasmo llegó de inmediato con unos espasmos incontrolables, se abalanzó encima mío y me penetró una y otra vez, con una energía y una profundidad que otro orgasmo me hizo gemir con pañuelo incluido. Mientras me mordía el cuello y su polla me hacía vibrar todo el cuerpo me susurraba al oído: te gusta eh? Si yo sé como hay que tratarte, eres mi zorrita y aras todo lo que yo te ordene...verdad que sí corazón? (su tono era sensual y amenazante al mismo tiempo), quizá no estaba muy despierta de esa droga porque mi único objetivo era obedecerle... Se incorporó encima de mi pecho y me desató las muñecas, en esos movimientos acercándose por encima de mi pecho dejó apoyar su verga en mis labios que al instante lamieron, él me penetró la boca, yo con mi lengua lo excitaba aún más, me cogió de la cabeza y me empujaba contra su polla que me llegaba hasta la campanilla, cada vez los movimientos eran más secos y su polla más y más dura, entonces se la sacó justo en el momento de su corrida, corriendo se en mi cara y mi pecho. Todo sobre el cafe
Como me desató las muñecas pude darme la vuelta, y él antes de que se le bajara la erección me penetró por detrás, suavemente, se quedó quieto unos instantes y a continuación abrazandome con sus enormes brazos fué moviendose lentamente sin separarse de mi culo, a poco a poco, notaba como su pollo se ponía dura como una piedra, entonces se la sacó e intentando mi despiste mordiendome el cuello y buscando un beso con lengua de dos minutos me fué penetrando lentamente ell ano, hasta que la metió entera. Al principio fué muy despacio, después se movía chocando fuertemente contra mi culo mientras se sujetaba de mis pechos y yo me acariciaba el clítoris. Notaba su polla más ancha que antes, mucho más y muy dura, sus movimientos eran rápidos y profundos, mis gemidos imparables y el éxtasi y el morbo de estar follando con un desconocido hizo que los dos llegaramos casi a la vez al orgasmo.
Caímos rendidos en la cama, yo todavía con los músculos atrofiados y la vista borrosa de no se qué me hizo inhalar no podía moverme, él quedó tumbado apoyado en mi espalda unos minutos mientras me preguntaba si me habia gustado. Yo le dije que sí, y que no hacía falta que me hubiera drogado, que si se hubiera saltado ese paso quizá lo hubieramos pasado mucho mejor, y el me dijo: cariño, felicidades, hoy es nuestro aniversario y mi regalo ha sido una de tus fantasías sexuales que escribise en tu diario..mmm Eres mi zorrita preferida... parece ser que estarías dispuesta a follarte o dejarte follar, violar o lo que sea de un desconocido...mmm eso me dá una maravillosa idea... quizá necesites compartir nuestras sábanas con alguien más... qué me dices??
- Eres un viejo zorro, cómo se te ha ocurrido:::? Ésta me la pagarás..
- Claro que sí, tengo un amigo al que le gustas... seguro que no rechazaría algo así...
- Estas loco... lo sabías? Y te amo, te deseo, me vuelves loca!
El amor es raro a veces abre puertas impensables.
El Autor de este relato fué Ayeka , que lo escribió originalmente para la web https://www.relatoscortos.com/ver.php?ID=14001&cat=craneo (ahora offline)
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2024-11-28
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