Relatos cortos eroticos Orgías Las amigas de mi Novia (II)

 

 

 

Las amigas de mi Novia (II)

Introducción

Este relato que vas a leer a continuación no deja de ser un relato de Internet, por lo que en ocasiones la ficción y la realidad se funden en una sola historia, a lo largo del mismo habrán situaciones reales y situaciones puramente ficticias ¿cuál es cual?, eso lo dejo al gusto del lector.

Mamen

En una calurosa tarde de Agosto, Silvia llamó a mi casa para quedar para ir a la playa. El calor era insoportable y la verdad que se apetecía un chapuzón, así que sin más dilación, me puse mis atuendos playeros y rápidamente me dirigí a casa de Silvia. Ella tiene bastante suerte ya que la playa le cae prácticamente al lado, yo sin embargo tengo que andar unos 15 minutos hasta la playa, un camino que se me hace rápido ya que voy siempre acompañado de mi inseparable reproductor de MP3.

 

Cuando llegué a la casapuerta de Silvia me llevé una desagradable sorpresa (más tarde me alegraría de esta sorpresa), junto a mi novia esperaba impaciente la que ella decía ser su mejor amiga, Mamen.

- Mamen vendrá con nosotros hoy a la playa, ¿no te importa verdad? -, me dijo Silvia con un poco de apuro y es que sabía que Mamen y yo no nos llevábamos precisamente muy bien, - no...claro...no – dije yo muy poco convencido mientras pensaba – joder, valiente tía más pesada la Mamen esta de los cojones, se podía haber quedado en su casita -.

A pesar de que me cayera de puto culo, sentía una especie de atracción puramente sexual hacia ella, no era muy alta, tenía un buen culo y unas buenas piernas y un par de tetas que habían sido musa de mis pajas en muchas ocasiones, el simple echo de imaginarme esas tetas votando mientras yo le daba por el culo y me pedía clemencia me ponía bastante caliente, Mamen podría ser lo que coloquialmente se dice “una tía jamona”, ya que no estaba delgada del todo..............pero tampoco estaba gorda, estaba jamona joder, esa era la palabra perfecta, además tenía una cara muy morbosa, cuando se reía dejaba ver sus preciosos dientes blancos, merced a mi calentura pensaba siempre que los tendría tan blancos de la cantidad de lefadas que los habrían empapado.

A pesar de que yo me la follaría sin pensármelo , no la podía ver, seguramente sería por su edad, por aquel entonces yo contaba con 25 años y ella con 19 (mi novia Silvia tenía 21, aún sigo pensando que carajo hacía con saliendo con esa niñata), y claro, había situaciones en la que la madurez de uno y de otro caían por su propio peso además, era bastante puta y no me hacia nada de gracia que Silvia saliera con ella por las noches.

Al parecer Mamen iba de flor en flor, cada fin de semana conocía a un nuevo ligue y se lo llevaba a su casa para follárselo, era una auténtica devora hombres, estaba claro que en la noche ella siempre era la cazadora y pocas noches se quedaba sin cazar.

También recuerdo más de una pelea con mi novia por culpa de Mamen, como ya dije antes, Mamen llevaba un ritmo de vida nada conveniente para Silvia, a Mamen le gustaba la noche, le gustaba beber, fumar y sobre todo comer pollas, obviamente que Silvia hiciera lo primero y lo segundo no me importaba mucho pero solo pensar que Mamen la pudiera incitar para hacer lo tercero, me ponía malo y así se lo decía, - tu amiguita es una zorra come poyas, no me gusta que salgas con ella, porque un día de estos puedes hacer una locura -, a Silvia le molestaban mucho estos comentarios y más de una vez se desahogaba con la propia Mamen....menudo marrón – mi novio no para de decirme que eres una zorra come poyas y que no me deja salir contigo -, estoy seguro que a Mamen le ponía cachonda que yo pensara eso, pero claro, ella que tenía 19 años optaba más por la opción de encontrarse conmigo por la calle y ponerse allí a chillar como si estuviese poseída, menudos numeritos me ha montado la maldita niña, patético.

 

Pero al fin al cabo, eso ya formaba parte del pasado como tantas veces me había repetido mi novia, Mamen se había “reformado” por así decirlo, ahora en lugar de tirarse a uno por semana, se tiraba a uno por mes, tampoco cogía las pataletas del pasado cuando Silvia le decía que prefería pasar la noche conmigo, por supuesto hacía tiempo que no me decía ni una mala palabra, a esto también colaboré yo desde el día que dejé de llamarla zorra a su cara.

Una vez en la playa, los tres, Mamen empezó su show particular, pero esta vez en la faceta morbosa y sexy, una vez que se quitó la camiseta y la falda vaquera se quedó de rodillas delante mía con un bikini naranja con el que le marcaban los pezones y si me apuran hasta los labios de su coño cuando adoptaba ciertas posiciones en la toalla, ni que decir de las tetas, el bikini le hacía un canalillo de vértigo. Como tío que soy, me gustan las mujeres (la mía la que más) así que le eche un leve vistazo a Mamen para alegrarme un rato la vista y luego me puse mis gafas de sol y empecé a tomar el mismo.

En ese momento se me vino a la mente una noche que pasamos en casa de mi novia:

Mamen había conocido a un nuevo ligue y no tenía lugar para follárselo, entonces mi novia, muy amable, le ofreció una habitación de su casa, ya que estaba sola en casa y yo me quedaba a dormir con ella y claro ya aprovechó el tirón.

Como siempre que venía Mamen mi cara era un poema, pero esa noche fue cuando la mejor amiga de mi novia despertó en mi una atracción sexual bastante fuerte.

Cuando llegamos a casa de Silvia, Mamen se metió en una habitación con su ligue y Silvia se metió conmigo en la habitación de sus padres, mola, mientras tenía a Silvia a cuatro patas bombeando sin parar y cogiéndole las tetas, miraba en un portarretratos la foto de mi suegra, eso me ponía a 100, siempre pensaba lo mismo – me estoy follando a tu hija en tu puta cama, zorra -, mi suegra era bastante especial y si por ella fuera me hubiera puesto un cinturón de castidad.

Mientras Silvia botaba y yo me quedaba embodado con el movimiento armónico simple de sus tetas, en la otra habitación también había movimientos, de esto nos dimos cuenta cuando acabamos el polvo y estábamos los dos abrazados, de repente se escucharon pequeños gemidos con una respiración entrecortada y rápida, Silvia y yo nos miramos y sonreímos, - se lo tiene que estar pasando bien- me comentó al oído. Dejamos el tiempo pasar y los gemidos con respiración entrecortada y rápida pasaron a ser gritos bastante alargados...-joder como chilla la hija de puta- dije yo mientras me reía, Mamen no paraba de chillar y eso me provocaba unas especies de cosquillas por la barriga que hizo que se me pusiera dura casi al instante, -¿te has puesto cachondo verdad?- me dijo Silvia con un sonrisa pícara mientras agarraba mi poya con su mano derecha y recorría con la punta de su lengua todo mi capullo, así durante un rato hasta que se metió la poya en la boca de una vez y empezó a chupar y allí estaba yo, escuchando a Mamen gritar de placer mientras Silvia me la chupaba, gran estampa sin duda.

 

Una vez acabada mi mamada, me fui al salón a fumarme un cigarro, Mamen que también acabó su faena salió casi a la vez que yo también para fumarse un cigarro, en el fondo éramos prácticamente iguales por eso quizás nos odiábamos tanto.

Mamen se plantó en el salón con una manta enrollada la cual se aguantaba con una sola mano, ya que en la otra tenía el cigarro y a la vez que le daba una calada aprovechaba para limpiarse la boca, - vaya pedazo de guarra ni se ha lavado la boca después de la corrida, se podía haber echado un poco de agua al menos - pensé instantáneamente.

No cruzamos palabra, ella de pie junto a la ventana, con esa manta enrollada, con el cigarro y con algún que otro resto de semen en la boca, yo sentado en el sofá ojeando una revista y de vez en cuando mirándola de reojo e imaginándome quitándole esa manta y verla en pelota picada mientras se la ponía a cuatro patas y se la metía en su culo....simples sueños eróticos al fin al cabo. Cuando apuré mi cigarrillo lo apagué en el cenicero y con un breve –buenas noches- salí del salón, ciertamente no se si Mamen correspondió a mi comentario, la verdad me da igual.

El simple echo de recordar a Mamen con esa manta liada y la boca llena de semen, hizo que nuevamente me subieran unas cosquillitas por la barriga que hizo que mi poya pensara por si sola, al sentir esto rápidamente me di la vuelta en la toalla, joder vaya calentón, mi poya estaba tan dura que incluso me dolía al chocar contra el suelo de arena, encima Mamen, se había quitada la parte de atrás del bikini y estaba tomando sol de espaldas, en ese momento me entraron ganas de irme para ella y darle la vuelta y ponerle mi poya en su boca y que me la empezara a chupar.

Empecé a preocuparme, porque lo que empezó con una simple atracción sexual iba degenerando a una obsesión sexual, Mamen cada día me ponía más cachondo y estoy seguro que ella lo sabía.

Cuando me noté que el calentón se me pasó un poco, decidí levantarme para darme un baño, tanto Silvia como Mamen secundaron la idea y los 3 fuimos a bañarnos.

Al salir del agua, Mamen era todo un espectáculo, sus pezones parecía que iban a agujerear el bikini naranja y los labios de su coño se marcaban de una forma tan descarada que tuvo que ponerse la mano por delante para no dar tanto el cante hasta que llegara a la toalla, yo no podía más, mi obsesión estaba alcanzando límites insospechados.

Después de unas cuantas partidas de cartas, decidimos ir a merendar a un bar que se encontraba cerca de la playa, yo seguía con mi jodida obsesión por Mamen y cada instante me la imaginaba chupandome la poya o follandomela de todas maneras, joder estaba super cachondo, encima la muy puta no se puso la camiseta, tan solo la falda vaquera, por lo que sus pezones no dejaban de señalarme, menudos pezones, estaban super tiesos, en ese momento hubiera vendido mi alma al diablo por morderlos y ya ni que decir del canalillo de sus tetas, afortunados los que hubieran podido metido su poya ahí dentro. Relatos Cortos

La merienda fue más bien corta, un simple café para cada uno y unas cuantas pastitas. Cuando acabamos fuimos a casa de Silvia, durante la merienda ella y yo hablamos de ir a mi casa a cenar pero antes teníamos que ir a su casa para que Silvia se duchara, esa idea en un principio no me gustó, ya que tendría que estar con Mamen en el salón esperando a que Silvia se duchara, podría resultar incómodo porque no me llevaba bien con ella.........aunque lo pensé mejor y lo que más incomodo me resultaba es que estaba deseando de follarmela y tenerla ahí con esos pezones tan duros, ese canalillo y esos dientes blanco lefa....iba a ser demasiado para mi.

 

Una vez que llegamos a casa de Silvia le propuse a esta ducharnos juntos, me inventé la excusa que me iba a resultar muy violento estar con Mamen en el salón, aunque la verdad era que tenía un calentón del 15 y necesitaba descargar como fuera. Nada más meternos en la ducha y ver el cuerpo de Silvia desnudo, mi poya reaccionó rápidamente poniéndose bastante dura, Silvia sonrió pero no me hizo ni caso, - cada día aguantas menos tío, antes me gustaba cuando la tenías agachadita y yo la tocaba para ponerla dura, ahora ya ni eso..jajaja pareces que tienes 14 años -, ese comentario me lo tomé a la tremenda, tanto que cuando acabó de hablar la cogí por la cintura y cuidadosamente la tiré al suelo de la bañera, me puse de rodillas y se la metí lentamente hasta el final, entera, a Silvia le encantaba que me la follara así, con penetraciones lentas y metiendole la poya en su plenitud, - un día de esto te meto los huevos sin querer – le solía decir yo.

- Venga, venga, mejor lo dejamos y ya en tu casa seguimos, que está Mamen fuera y no me gusta esto tío - , me dijo Silvia preocupada, yo a pesar de estar super caliente le hice caso y paré de empujar, nos enjabonamos, nos aclaramos con agua y nos salimos con las toallas puestas para el cuarto de los padres de Silvia, una vez allí empezamos a cambiarnos y recordé los grandes polvos que echábamos en esa cama de matrimonio.

Mientras Silvia se peinaba delante del espejo, yo la cogía por atrás y suavemente le metía la mano por dentro de su tanga hasta que con el dedo anular conseguí tocar su clítoris, a la vez le daba besos por el cuello y mordiscos en la oreja, eso la ponía a 1000 por hora, seguí jugando con su clítoris hasta que note como su coño empezaba a mojarse en abundancia, entonces Silvia empezó a emitir pequeños gemidos de placer, tanto era el placer que hasta dejó caer el cepillo con el que se peinaba el pelo sin darse prácticamente cuenta...Al tener las dos manos libres empezó a acariciarse las tetas mientras yo le metía un par de dedos en su coño empapado y le comía el cuello....yo tenía ganas de follar, pero tenía ganas en ese momento y no en mi casa como me propuso Silvia y cuando estábamos apunto de tirarnos en la cama se abrió la puerta de la habitación, - ¿oye ya vale no? -, jodeeeer, saqué la mano rápidamente del coño de Silvia, tenía los dedos empapados de sus fluidos, Silvia se tapó las tetas con lo primero que cojió y yo...bueno, yo estaba en bañador....y empalmado, se notaba un bulto descarado, - ¿se habrá dado cuenta?-, pensé ingenuamente, - anda hijo, buena poya te gastas, ¿eh cariño? -, dijo Mamen riéndose.

- Joder Mamen, ¿qué coño haces? – preguntó Silvia con voz nerviosa, - es que estaba en el salón y escuché un ruido en la habitación así que me levanté y cuando iba a entrar en el cuarto os escuché haciendo otras cosas jejejej – dijo Mamen riéndose. – Joder tía, pues podías haber llamado por lo menos – le respondió Silva que tenía la cara como un tomate, - no te cortes Sil, al fin al cabo somos amigas y tú me cuentas muchas de las cosas que haces con tu novio -, - ya....pero no es lo mismo que yo te las cuente a que tú te quedes detrás de la puerta y las veas..-, las dos amigas empezaron a discutir mientras yo estaba sentado en la cama escuchándolas hablar y con la poya todavía dura, normal, por una parte estaba Silvia en tanga y con las tetas al aire y por la otra Mamen con ese bikini naranja que le adivinaban unos pezones de categoría y un canalillo de órdago.

 

- Tía pues tu novio también se podría cortar un poco ¿no? -, comentó Mamen mientras me señalaba la poya, - joder, hombre córtate un poco que está aquí Mamen -, - es que no puedo, te veo a ti que estas con las tetas fuera y a Mamen con ese bikini tan....tan... que es normal que este así -, dije yo balbuceando, - no me jodas que Mamen te la pone dura – me preguntó Silvia mientras se sentaba al lado mía, - jjajajaj menudo pillin, a ver...a ver....uy uy...la pollita de mi niño se pone durita cuando ve las tetas de Mamen – repetía canturreando una y otra vez Silvia mientras me sobaba la poya por encima del bañador.

Mamen, que solo hacía reirse, no quitaba ojo de los juguetos entre Silvia y yo, esta se había puesto especialmente juguetona cuando empezó a acariciarme la poya por encima del bañador y ni corta ni perezosa invitó a Mamen a jugar, - Mamen, no te cortes ven aquí mujer, que te veo un poco apartada -, Mamen accedió a la invitación con una amplia sonrisa y nada más sentarse lo primero que hizo fue tocarle las tetas a mi novia y luego mordisquear suavemente los pezones de la misma, - joder, ¿ahora eres lesbiana? – le pregunté incrédulo a Silvia, - si, lesbiana...- me contestó Silvia con morbo mientras le quitaba la falda vaquera a Mamen y a renglón seguido la parte de arriba del bikini, - mira cariño, las tetas de Mamen – me dijo sonriendo, - ¿no las quieres tocar? -, - pues mira si – contesté yo segurísimo y allí me dispuse a hacer realidad mi sueño, primero toqué sus pezones con mis dedos, sus senos, por arriba, por abajo hasta que acabé mordiendo sus pezones. Mientras yo estaba concentrado en mi labor, Silvia se había quitado el pequeño tanga que llevaba puesto y empezó a acariciarse suavemente su coño, - métemela – me dijo mientras apartaba mi cara de las tetas de Mamen, me quité el bañador y me tiré en la cama, Silvia se puso encima mía y ella misma se metió la poya y empezó a botar, mientras tanto, Mamen se quitaba la parte de abajo del bikini y empezaba a refregarse la mano con fuerza contra su coño bastante poblado de pelos, Silvia seguía votando mientras me dijo - ¿se la quieres meter a Mamen?, ¿verdad que si? -, dicho y echo, Silvia dejó de cabalgar y se tumbó en la cama, Mamen rápidamente se fue para su coño y empezó a lamerlo lentamente, yo no me lo podía creer, mi novia se estaba dejando que le comiera el coño una amiga...una mujer, bueno yo a lo mío pensé, asi que aprovechando que Mamen tenía su culo a disposición, primero le meti un par de dedos en su coño para lubricarla un poco y luego se la metí en el culo con un movimiento rápido y contundente, Mamen soltó un grito que a buen seguro asustó a más de un vecino.

Al principio opté por un ritmo lento para que así su culo se dilatará poco a poco, a la vez que se la metía le acariciaba su coño que chorreaba de placer, el mismo que Silvia estaba pasando con la gran comida de coño que Mamen le estaba haciendo. Sin lugar a dudas, Silvia estaba disfrutando, su cuerpo se retorcía de placer y no paraba de gemir, estaba a punto de correrse, mientras yo seguía bombeando el culo de Mamen, sus tetas saltaban de un lado para otro y su cara estaba impregnada de los fluidos que Silvia no paraba de echar.

Finalmente Silvia alcanzó su orgasmo, yo también estaba apunto así que saqué mi poya del culo de Mamen para meterla entre sus tetas, Mamen se chupó los dedos para limpiarse los fluidos de Silvia y se puso de rodillas, cogió mi poya y la metió entre sus tetas y con sus dos manos empezó frotar sus duras tetas contra mi poya, no pude aguantar mucho más y me corrí, llenando de lefa el cuello, la barbilla y la boca de Mamen, el semen resbala desde su cuello hasta su ombligo pasando por ese canalillo que tanto me gustaba, Mamen siguió la faena exprimiendo hasta la última gota, siguiendo chupandome la poya hasta el último momento.

Silvia espero a que Mamen acabara de chuparmela, la levantó y la tumbó en la cama, empezó metiendole un par de dedos, pero yo no quise ser menos y también quería colaborar, así que mientras Silvia le hacía un dedo a su amiga yo juguetaba con la punta de mi lengua con su clítoris apartando algún pelo que otro, pero eso no importaba, estaba acostumbrado a comerme el coño pelón de Silvia y la verdad, ese coño peludo me gustaba bastante, Silvia dejó de hacerle el dedo y se puso a la par mía a comerle el coño a Mamen, de vez en cuando nos dábamos un beso mientras le pegábamos bocados y chupábamos su clítoris, Mamen se moría de placer hasta que no pudo más y se corrió, suspiró fuerte y agarró la cabeza de Silvia y luego la mía por la nuca, apretaba fuerte, era una corrida sensacional!!!!.

Yo me quedé con Silvia en la cama mientras Mamen se duchaba, - menuda locura – dijo Silvia, - ¿estas arrepentida de algo? – le pregunté yo temoroso, - ¿yo?, de nada , ha sido una locura sensacional – me respondió convencida, - oye...¿tú no serás...? – pregunté nuevamente temoroso, - que seré que...jajaajaaj por Dios, no seas tonto, era todo un juego....sexual....pero un juego, tranquilo, no te creas que le voy comiendo el coño a todas mis amigas, hoy ha surgido esto y había que poner un poco de mi parte ¿no crees?, además, a ti te la ha mamado Mamen...¿te parece bonito? Jajajajja, seguro que ya no te cae tan mal, ¿a que no? -...en ese momento me quedé pensando, - bueno, creo que debemos de quedar más veces los tres para así conocerla mejor - , contesté con una leve sonrisa dibujada en mi boca.

Ruzziel.

El Autor de este relato fué Ruzziel , que lo escribió originalmente para la web https://www.relatoscortos.com/ver.php?ID=13116&cat=craneo (ahora offline)

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2025-02-08

 

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