CELESTIAL COMPUTER
La lluvia seguía cayendo con cierta intensidad, era una noche fría como corresponde al mes de diciembre. A través del parabrisas de mi coche divisé mi casa. Por fin había llegado; el tráfico más lento y pesado que de costumbre, debido a la lluvia, hizo que el trayecto que recorría casi a diario resultase lento hasta la desesperación. Conecté la radio para relajarme un poco. El locutor de una emisora local comentaba en tono alegre y festivo el acontecimiento que esa noche viviría la humanidad, 31 de diciembre del año 1.999. Faltaban sólo tres horas y media para la entrada del nuevo milenio, el año 2000, una noche mágica y especial. La voz del locutor se hizo ahora más trascendente: una humanidad que ha llegado hasta aquí, podrá contemplar el cambio de los cuatro dígitos del año, dando paso a un nuevo milenio repleto de augurios de futuro y felicidad...
Abrí el portón de la cochera con el mando distancia, introduje el coche y pasé al recibidor por una puerta que comunicaba ambas dependencias de un acogedor chalé a las afueras de Palma. La luz roja intermitente del contestador automático me indicaba la presencia de mensajes. Me dispuse a escucharlos mientras me desnudaba para darme una ducha. Era Sara, mi prometida, que me recordaba por enésima vez que la cena en casa de sus padres era a las 22:30 horas, me rogaba puntualidad y se despedía con un sonoro beso. A las diez y veinticinco minutos estaba frente a la casa de mis futuros suegros.
Nunca me gustaron las Navidades, soy de ese tipo de personas que desean que pasen rápido, y en especial esa nochevieja que me producía una sensación extraña. Estaba intranquilo, asustado ¿Asustado de qué? No sabía describirlo, presentía que algo iba a ocurrir. Desde niño presentía cosas, en ocasiones me asombraba comprobar que conocía acontecimientos precisos y detallados antes de que ocurrieran. Es como si una voz interior me avisara, a veces de una manera confusa y otras con una gran precisión. Jamás hablé de esto con nadie, lo considero algo muy personal y difícil de explicar. Nunca hasta esa noche lo había sentido con tanta intensidad mi cuerpo parecía poseído por una extraña corriente eléctrica y una sensación de vértigo me hacía permanecer en constante alerta.
Se inician las doce campanadas y como en un parto, el nuevo milenio nace abriéndose paso entre el festejo, la indiferencia, la guerra, la marginación, el hambre. Una humanidad herida, prepotente y desigual.
Mientras sucedían los acontecimientos en esta maravillosa esfera azul llamada Tierra, en otro lugar, en otra dimensión suceden otro tipo de cosas.
Era una puerta sin lugar a dudas, de tamaño descomunal, luminosa y radiante, pero una puerta al fin y al cabo. Como tantas puertas, ésta tenía un letrero bien enmarcado cuyas letras despedían cierta luminosidad, pero lo que más llamaban atención era el significado de esas letras: DIOS. Tras la puerta se encontraba un ser de aspecto humano junto a una mesa del mismo material que la puerta. Este ser, al que naturalmente llamaremos DIOS, miraba con atención una inmensa pantalla que flotaba a la altura de sus ojos. La estancia, si se le puede llamar así, carecía de paredes, techo y suelo, tan sólo esa enorme puerta de entrada a un espacio sin delimitar.
DIOS seguía observando la pantalla tras una mesa rectangular sin patas, en la esquina superior izquierda de la pantalla podía leerse C.C. (Celestial Computers), la imagen que mostraba estaba compuesta por un icono con el texto: INFORME, LA TIERRA.
DIOS movió el ratón sobre la mesa colocando el puntero sobre el icono, y pulsando 2 veces sobre el botón izquierdo, éste desapareció y el puntero se transformó en un pequeño angelito regordete con alas y en actitud pensante. Cinco segundos después la pantalla empezó a mostrar imágenes de la Tierra, desde el principio de los tiempos. Eran como fogonazos rapidísimos y precisos de acontecimientos relevantes, multitud de guerras y conflictos, líderes políticos de todos los tiempos, crímenes, odios, pasiones, destrucción, hambre, dominio de masas a través de sectas y religiones diversas, ambición de poder, armamento nuclear, deterioro del planeta y un insistente coyote empeñado en perseguir a un escurridizo correcaminos por zonas desérticas.
Las imágenes continuaron sucediéndose cronológicamente, mostrando la historia de una Humanidad que en los últimos cien años había desarrollado una tecnología capaz de destruir el planeta varias veces seguidas. Una tecnología que permite al hombre explorar nuevos mundos y destruir lentamente el planeta en el que habita, enfermo, contaminado y avergonzado por el cruel espectáculo que está condenado a sufrir. En la actualidad existen 30 guerras declaradas. Blog sobre productos para la limpieza del hogar
El rostro de DIOS, siempre imperturbable, mostraba ahora una expresión de tristeza. El bombardeo de las imágenes cesó dando paso a un menú de opciones dividido en cinco iconos: ARCHIVAR, MODIFICAR, INTRODUCIR VARIANTES, DESTRUIR, TABLERO DE DISEÑO. DIOS contempló las opciones disponibles, apartó la mirada de la pantalla y la fijó en un punto indefinido, reflexionando sobre que opción tomar. Está en el destino de los seres humanos la autodestrucción, pues todo parece indicar que se avecinan acontecimientos decisivos para unos seres que no dan la talla, a pesar de la grandeza de sus orígenes ¿Un fallo de diseño quizá? Los materiales son de primerísima calidad ¿Tal vez fuera ese ángel caído y desterrado que continúa haciéndome la puñeta?.
Sumido en sus reflexiones DIOS llamó al Angel Caído, tenía que hablar con Él. Tras la puerta apareció un curioso ser que con ademán cansino se aproximó. Su aspecto envejecido y deslucido contrastaba con su mirada poderosa, astuta y maligna.
-¡Cuánto tiempo! -exclamó Lucifer en todo triste y sumiso.
-El necesario. -dijo DIOS -te he llamado porque debo tomar una decisión, pero antes quiero hablar contigo.
-Comprendo. Puedo decirte que no soy responsable, mi labor consiste en... bueno ya sabes. Bien es cierto que en muchas ocasiones mis actuaciones han tenido consecuencias relevantes, pero principalmente me baso en la tentación por la vanidad, la mentira, el egoísmo... pequeños pecados, es tan fácil tentar y ellos son tan vulnerables.
-No pretendo culparte -dijo DIOS -aunque no comparta en su totalidad tu exposición, pero debo juzgar.
-Juzga en consecuencia. Han evolucionado muy rápido, y han tomado caminos equivocados basados en la jerarquía, el poder y el dominio de sus semejantes. Lo digo yo que de esto entiendo. Su principal carencia es no saber realmente quiénes son.
-A pesar de tu aspecto, conservas intactas las habilidades propias de tu ser. He tomado una decisión, y quiero que seas testigo de ella.
-Que así sea. -Dijo Lucifer bajando la cabeza.
DIOS situó el puntero sobre el icono de INTRODUCIR VARIANTES, y las variantes fueron precisas. A partir del día 1 de enero del año 2.000 todos los seres humanos del planeta sufrirían de esterilidad absoluta, en consecuencia se perdería la perpetuidad de la especie. Acto seguido, DIOS regresó al menú de opciones y movió el puntero hacía TABLERO DE DISEÑO; una nueva especie se empezó a gestar en la pantalla de \" Celestial Computers\".
Una sacudida me despertó violentamente, estaba sudoroso y agitado. La tremenda pesadilla aún flotaba en mi cabeza. Desvíe la mirada hacia despertador digital de mi mesita de noche, 1/1/2.000 las 13:45 horas. La angustia apenas me dejaba respirar, logré levantarme de la cama no sin gran esfuerzo, y arrastré mis pies hacia el cuarto de baño. Al pasar junto a la mesa del despacho abarrotada de papeles y carpetas, vi mi P.C. de última generación. Estaba confuso y nervioso. Sin saber por qué encendí el ordenador y observé la pantalla. Cinco segundos después apareció un menú con cinco iconos: ARCHIVAR, MODIFICAR, INTRODUCIR VARIANTES, DESTRUIR, TABLERO DE DISEÑO, éste último estaba parpadeante.
Sentí un latigazo en mi interior, un intenso frío se apoderó de mí, entonces comprendí que algo estaba cambiando. Apagué el ordenador y regresé a mi cama deseando que esto también fuera parte del sueño.
Un año después todos los medios de comunicación del planeta se hicieron eco de una escalofriante noticia; hacía tres meses que no nacían niños. Las plantas de maternidad de todos los hospitales del mundo estaban desiertas. Los científicos estudiaban el caso desconcertados.
El Autor de este relato fué Javier , que lo escribió originalmente para la web https://www.relatoscortos.com/ver.php?ID=1865 (ahora offline)
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2024-05-20
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