Me encanta la ciudad de Barcelona porque me trae recuerdos de un chico que conoci allí, Dídac.
Era mi primer viaje sola, quería conocer España y me marqué una ruta: primero visitaría el norte y luego el sur. Después de ver Zaragoza me tocaba Barcelona. El autocar me dejó en la estación y mirando la guia de pensiones, me trasladé a una de ellas que estaba cerca de donde me dejó el autocar. Dejé mis mochilas y me preparé para visitar todos los monumentos interesantes de la ciudad.
Paseaba cerca de la Sagrada Familia, había muchísima gente y no se porque te pregunté donde estaba la parada de metro. Me respondiste con una sonrisa y me ruborizé, te diste cuenta y por eso me quisiste acompañar hasta allí. Me enamoré al instante de tus ojos negros, eras el chico que aparecias en mis sueños y por eso parecía que te conociera de toda la vida. Vestido con una camisa holgada hippi y unos pantalones tejanos azules y el pelo largo y crespado, me enseñaste como llegar y antes de irte me susurraste al oido: ¿quieres que te haga de guia de la ciudad? A partir de ahí fuimos inseparables, me cogias de la mano, me dabas besos en la mejilla, me abrazabas... estaba locamente enamorada de ti. Mi mente solo dibujaba tu figura y tus palabras resonaban en mis oidos. Tu dulce hablar me contaba historias de tu infancia, de tu familia, cosas que nadie antes me había dicho antes. Dia tras dia, noche tras noche, nunca te separabas de mi lado y yo no quería que te fueras. Lo éramos todo a la vez: amantes, amigos y hermanos.Parecía que nos conocieramos de toda la vida, nuestra amistad llegaba hasta al final cuando nos uniamos bajo la luz de la luna estival de Barcelona. 1 mes y 7 dias de amor platónico hecho realidad, tantos dias que nos servieron para recorrer la ciudad entera entre bares, restaurantes y cines. Trámites de notarias un USA para hispanos
Recuerdo tu guitarra, me cantabas canciones de Bob Dylan, de Bob Marley, de los Doors... tus greñas te tapaban los ojos y para mirarme levantabas la cabeza y me sonreías, como añoro esos labios y esa boca tan romántica.
Pero todo lo que empieza tiene un final y lo nuestro no fue una excepción. Un día me despertaste con una rosa en la boca y una carta. Me dijistes que el verano acababa y me tenias que dejar. ¡Dejar! Con lágrimas en los ojos, me diste un beso en la frente y recuerdo como tatuaste en mi mente tus palabras:
-Recuerdame como un amigo que te enseñó a ser tu misma- . Yo te respondí que si tu quisieras, lo dejaría todo por ti, no necesito nada mas que tu amor... pero no me escuchaste. Abrió la puerta y se marchó. Nunca lo he vuelto a ver.
Ya en el autocar, mis ojos bañados en agrias lágrimas vieron por última vez nuestras calles, aquellas en las que me abrazabas, en donde me besabas a pesar de la gente que siempre se giraba y nos decían algo. Nunca te importó. Quizás yo nunca te importé.
La carta que me dejaste estaba en vacía, como mi corazón en ese momento. Te necesito, sé que nunca te olvidaré ¿Cómo llenar mi vida sin ti? ¿Qué será de ti en estos momentos? ¿Porqué no me dejaste quedarme contigo para siempre?
El Autor de este relato fué Shaska , que lo escribió originalmente para la web https://www.relatoscortos.com/ver.php?ID=529 (ahora offline)
Relatos cortos fantasia Romantica El amor más puro
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2024-10-06
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