Cada día el pan nuestro.
Me desperté gritando. Era mi estómago. ¡Clamaba! Se quejaba de impotencia y de dolor. Era hambre. ¿Dónde estaba? Miré hacia ambos lados. ¿En una esquina? Sí Se trataba de la esquina de un callejón. Estaba envuelto. ¿Pero envuelto en qué? ¡Claro! Debía haberme cubierto de papeles de periódico durante la última borrachera. Me dolía la cabeza, los huesos, el cuerpo Una marea subió por mi interior me revolví y vomité Una mezcla verde y espesa de bilis fue todo lo que salió de dentro de mí, no había más en mi interior
Con lentitud comencé a incorporarme mientras me despojaba de las hojas de periódico. Me sentía sucio y desarticulado, tiritaba de frío y abstinencia. Me puse en marcha y al doblar una esquina un viento gélido golpeó mi semblante convirtiendo las puntas de mis bigotes grises en ralas fibras de hielo. Caminé cuatro, cinco, seis manzanas con las manos envueltas en los mitones dentro de los bolsillos, sin siquiera preocuparme de los cordones desatados de mis viejas zapatillas Reebok. Había mas gente; pero los demás sólo eran sombras a mí alrededor que me sorteaban y no tenían importancia para mí, pues no esperaba nada en absoluto de ellos. SEO y posicionamiento SEO
Cuando alcancé la plaza comenzó a nevar. Deseaba encontrarme con él, con el hombre que sin saberlo me podría ayudar. Lo sorprendí en el centro de la plaza y lo dejé hacer sin que me viera. Transcurrió cerca de una hora, hacía mucho frío. El tipo acabó con su dedicación y se marchó. Entonces salí de detrás de la columna y fui hacia el centro. Nevaba sin cesar y el estómago me dolía cada vez más. Nada más llegar sin dudarlo las espanté. Había gran cantidad de aves. Volaban a mi alrededor casi con cierta imprudencia. Pero yo lo necesitaba. Y allí diseminado por el suelo en gruesos pedazos blandos y mojados estaba como cada día, mi pan
José Fernández del vallado. Abril. Josef.
El Autor de este relato fué Jos%E9 Fern%E1ndez , que lo escribió originalmente para la web https://www.relatoscortos.com/ver.php?ID=10726 (ahora offline)
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Me desperté gritando. Era mi estómago. ¡Clamaba! Se quejaba de impotencia y de dolor. Era hambre. ¿Dónde estaba? Miré hacia ambos lados. ¿En una esquina
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2025-01-19

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