1. La señorita del culo enorme
Roxy estaba en las nubes. No, no estaba volando en avión. No digo que no pueda, pero ¡BUENO! Ya sabéis a qué me refiero. Pues eso, que estaba en su clase distraída pensando en sus cosas, cuando
¡Roxanne Redtail!
¿Sí, qué quiere?-preguntó somnolienta a su profesor.
Roxanne. Me parece que no me has oído. Debías de estar mirando lo preciosas que son las nubes, ¿no es cierto?
En efecto. Si quiere le respondo a lo que usted quiera, señorita Bigbuttocks. Y si quiere, le hago una pregunta que me llevo haciendo todo el curso, de la que salen muchas exigencias.
Su apellido era muy acertado. Tenía unas nalgas como toneles (Bigbuttocks es mi contracción de Big, o sea, grande/grandes; y buttocks, nalgas), lo que hacía que no se pudiera girar, pues su enorme culo amenazaba constantemente con que algún alumno se que cayese de su sitio, junto con su silla y su pupitre. Era algo normal en su clase. Había un chico, Lenny Lean, que le horrorizaba la idea de que la señorita se moviera, pues estaba en primera fila, y en una zona por la que había muchos alumnos que se portaban mal, Roxy estaba entre ellos. Ya se había caído varias veces, veinte en una sola semana, y eso que Roxy sabía que no era el récord.
Adelante-dijo con un tono avinagrado.
¿Qué talla de bragas usa? Es una pregunta muy simple. Lo que pasa es que no sé cómo puede meter tanta carne entre una ropa. Tampoco sé como entra por la puerta. Deberían poner una doble, así la puerta no estaría tan enclenque, que incluso a mí me da miedo tocarla. Me parece que usted es la auténtica causante de que las bisagras estén a punto de caerse, y no nosotros. Vale, damos muchos portazos, pero su culo portentoso podría usarse como bola de demolición.- mientras Roxy se burlaba del orondo culo de su profesora, ésta pasaba por todos los colores del arco iris. Parecía que su cabeza fuera a explotar.
Roxy vio que la mayoría de los alumnos salía a toda prisa, y uno de ellos le dijo que ya podían salir al patio.
Oh, qué bien. Salvada por la campana.
Roxy se tiró por debajo de su autoritaria profesora (algo bastante más fácil que rodearla), y salió por la débil puerta a toda prisa. Mientras salía del aula oyó una especie de terremoto. Cuando se giró, vio a su profesora aplastada por el gigantesco peso de su trasero. Daba la impresión de que iba a atravesar el suelo con una simple respiración.
Fuera de clase le esperaba Sarah Whitetiger, una amiga de otra clase. Fueron comentando sus cosas mientras andaban hacia el gigantesco patio, tan grande, tan grande, que la señorita Bigbuttocks cabía en él.
Oye, ¿por qué siempre te estás riendo tan abiertamente de ella o de sus titánicas posaderas?
Es que nos caemos mal. Es el pan nuestro de cada día. Si no me meto, la clase es muy aburrida.
Sarah, ¿Que tienes ahora?
La aburridísima clase de Sociales con el señor Confuseglance, el señor de la mirada perdida. Da igual que esté hablando de las antiguas culturas mayas o del tiempo de Jamaica. Acabarás llegando a sus historias de la mili.
¡Dios, no! ¡Lo que quiera menos eso! ¡Eso es la muerte de casi todas tus neuronas!
Ya lo sé. Por eso yo no le presto atención. Pero sus clases son muy buenas para ti, porque puedes tirar aviones de papel, estar con el libro encima de la mesa en medio de un examen, tirarle bolas de papel a la cabeza, que no te dirá nada. Ni siquiera ve más allá de un centímetro se sus ojos. Pero eso sí, tiene un oído finísimo. Oye el cuchicheo de una rata con otra.
¡Ah! Tú estás hablando de las gemelas Mouse Chatterbox.
Las gemelas Mouse eran bajitas, con unos dientes impresionantes, que sobresalían de sus labios en todo momento. En clase siempre estaban cuchicheando sigilosamente. Videos de incestos y xxx gratis
Por supuesto, ¿de quiénes sino? ¿Y tú a quien tienes?
Oh, al súper-mega-guay profesor de Gimnasia.- dijo imitando a su profesor. Hizo el gesto de coger una imaginaria taza de té, arqueando su dedo meñique, de la que bebió un sorbo de aire.
Oye, le imitas bastante bien. El profesor Corny es muy repipi. Sólo hay que imitar a una pija total, incluyendo su tic nervioso.
Sí, es verdad. Yo no sabía que una persona pudiese decir Osea tantas veces seguidas. Yo conté doscientos, hasta que me dijo: osea, Roxy, osea, que es que, osea, no lo haces bien, osea, ¿sabes?. Yo estuve a punto de decirle pues hágalo usted a punto de echarse a reír con sus patéticas explicaciones de súper cursi sin sentido común, a ver si puede.
*****
Después de la clase del cursi, que Roxy estaba firmemente convencida de que era gay, tocaba una clase que le encantaba. Bueno, una de las dos que le encantaban. Se trataba de Tecnología. Sacaba dieces constantemente en esta materia, pues le encantaba trabajar con la madera. Era normal, teniendo en cuenta de que su padre era ebanista, y ella poseía bastantes cajas hechas con esta apreciada madera. Además, la profesora, la señorita Willow Woods (dejaba que la llamaran por su nombre), era una señora muy apacible y dulce en su manera de ser. Le gustaba plantear retos a sus traviesos alumnos, como construir con madera una escultura, como quisieran, y que tuviese alguna utilidad en la vida diaria.
Después de esa entretenida clase (que, por cierto, se les pasaba volando), llegaba la clase de inglés. El profesor que les daba inglés era Charles Pround, o como les gustaba llamarle a sus alumnos, Carlitos Soberbio. Charles odiaba ese nombre a muerte. Carlitos era un hombre delgado, muy alto, con una cara chupada, muy tersa, y que parecía que no llegaría a tener mucha piel en el futuro. Tenía el pelo negruzco y grasiento, y parecía no tener mucha vista, pues llevaba unas gafas como CDs, y aún así, se veían sus ojos entrecerrados, e ahí su otro mote, el Topo. El mejor espectáculo era cuando se ponía a insultar. Su voz aguda como de silbato, emitía chillidos que eran audibles a duras penas, y normalmente siempre iban dirigidos a Roxy. Tenía muy poca paciencia.
¡AAAAAH! ¡Estúpida! ¡Mentecata! ¡Mema! ¡Es que no se te puede explicar nada! ¡No quiero malgastar mi saliva contigo! ¡AAAAAH!
¿Pero cómo se hace? Es que no le he oído.- Roxy estaba sobreactuando. Claro que le había oído. Lo que pasa es que ella acostumbraba a coger una grabadora y empezar a grabar sus insultos. Roxy solía morderse el labio inferior cuando estaba nerviosa, o cuando quería aguantarse la risa. Estaba aguantando una leve sonrisa, que sabía que se convertiría en una estruendosa carcajada. Ahora estaba a punto de desaparecer por completo en sus voraces fauces.
En cuanto su cascarrabias profesor se dio la vuelta., Roxy explotó. Se rió estruendosamente. Claro, que al nivel de su mochila, que siempre la tenían que dejar en el suelo. Revoltosa un rato, pero estúpida no. Era una rebelde sin causa, pero quería que sus padres la siguieran viendo como su pequeña niña Roxanne. En el futuro hubiese preferido no reírse.
Gracias por leer mi relato. si puedo, enviaré los siguientes relatos, si es que me publican éste, y, de nuevo, gracias.
El Autor de este relato fué M.G.Fiestas , que lo escribió originalmente para la web https://www.relatoscortos.com/ver.php?ID=8277&cat=craneo (ahora offline)
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2024-12-28

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