Relatos cortos ficcion Snuff Las 6 Balas de mi Vida {3ª Bala}

 

 

 

Curtys se tocaba el pecho. Se había dado cuenta que al disparar la segunda de las balas, otra vez le pasó lo mismo que la primera vez que disparó. El mismo dolor, pero a menos escala.

Estaba llegando a la ciudad y lo primero que se le ocurrió claramente fue guardarse el arma para no alarmar al público. Ya era de noche.

Se dirigió a un Hostal.

-Una habitación simple por favor.-Dijo medio cansado.

El aspecto de Curtys no era de fiar, estaba sucio, despeinado y sin afeitar, pero al sacar el dinero, la anormalidad se vuelve pura y limpia a los ojos de los demás.

Así pues, obtuvo la habitación y pudo ducharse tranquilamente. Lo que se refería a problemas de dinero, el no los tenía a un nivel extremo, pero si le haría falta un trabajo para poder mantenerse en esa nueva vida que había pensado empezar.

 

Así pues, aquella noche, fue una noche de decisiones. Y quizás tomó las más importantes de su vida.

Una vez amanecido el día, se fue en dirección a la estación de tren. Se había propuesto rehacer su vida, y para ello, iba a empezar desde cero.

Pero tuvo una propuesta interior aun mayor que aquella. Si quería vivir en paz, no utilizaría aquel arma nunca más, pero por supuesto nadie debía de tocarlo. Nadie.

Y se fue. Ningún conocido supo mas de el por una larga temporada. Nadie sabia donde fue, y tampoco se molestarían en saberlo.

Han pasado desde entonces 10 años. La vida en torno a nuestro protagonista ha cambiado para mejor. Conoció a la mujer de su vida, con ella se casó y viven en una casa muy bonita ya que el tiene un trabajo bueno y estable. Un trabajo de oficina bastante bueno. Difícil es de creer que haya llegado tan lejos. Pero lo que pensaba hacer lo conseguía, era un gran luchador.

-Cariño… Esta noche voy a traer a unos compañeros con sus esposas a comer, y creo que vendrán también los críos, prepara una buena cena. Sorpréndelos con tu toque culinario exquisito- decía con melosas palabras para ganarse a la que era la mujer, la cual accedía a todo lo que le dijera.

Así llegó la noche y todos comieron a gusto y felices de pasar tan buenos ratos.

-¿Dónde está Fredd?-Preguntaba una de las mujeres de ellos buscando a su hijo de 6 años.

-Bah, déjalo, la casa esta cerrada con llave, de aquí no sale, esta seguro, la cerré por lo mismo.- Dijo Curtys muy confiado.

Mientras empezaban a recoger la mesa para poner el postre que había listo como sorpresa para los invitados.

El crío como no iba a ser casualidad, estaba en el cuarto de la pareja casada, husmeando como es propio de un niño de su edad. Así pues revisaba todos los cajones a los que claramente llegaba.

-El niño me preocupa, ve a buscarlo Alfy-dijo nuevamente la mujer que buscaba al hijo mandando a su esposo.

Este fue sin rechistar y encontró al niño en la habitación de la pareja con los cajones abiertos.

-Estas aquí peque! No seas malo!- lo cogió en brazos y cerró los cajones, cuando vio algo que le llamó la atención, una caja alargada y grande de madera. La cogió y la abrió. En ella estaba el arma tan maldita que nunca más iba a ser usada.

-Que maravilla de pistolón- decía fascinado mirándola y tocándola por todos sitios

-“No se si he disparado 5 o 6 balas, la verdad es que yo también he perdido la cuenta”-decía imitando a Clint Eastwood en Harry el Sucio.

 

La volvió a meter en su caja y cerró los cajones. Volvió todo a la normalidad y siguieron con el postre hasta que llegó la hora de irse.

Todos se despedían de la familia, pero aparte, el padre del crío habló bajito con Curtys diciéndole… “Espero que tengas permiso de armas, porque la que tienes es de las gordas, un clásico en armas”

-¿Arma?-preguntaba extrañado Curtys.

-Ah, es que no te lo he dicho, el crío estaba abriendo los cajones y vi la caja, perdona que haya sido tan fisgón, pero es que cuando vi que era ese pistolón no me pude resistir a apreciarla de cerca y palparla, sentirla, como lo haría Harry el Sucio.- Decía contento el padre de la criatura.

-Pero… la has tocado??- Preguntaba extasiado Curtys temiéndose lo peor.

-Si curtys, perdóname, no me he podido resistir, pero tranquilo que esta en su cajita, ya veo que te gusta el tema de las armas, pasaré un día y hablaremos, yo soy un vicioso del tiro al aire. Hasta luego- decía riendo y se fue sin dejar de hablar a Curtys.

Horas después se encontraba a Curtys en la cama sentado meditando sobre lo que hacia muchos años no pensaba. El maldito arma. Blog sobre Formación Universitaria

Lo que pasaría ahora, el no lo sabia, porque nunca nadie había tocado ese arma aparte de el. Quizás solo quedaba esperar y ver que pasaría. Pero una cosa era cierta, La tranquilidad que tenía se había acabado por desgracia.

Pasaron dos días cuando de pronto Curtys recibió una llamada telefónica, era la mujer Alfy.

-Curtys, te llamo porque a mi esposo le ha entrado una enfermedad de repente muy extraña, está delirando, no se que le pasa ni siquiera los medico, ya le han hecho la extrema unción, dios mío, no se que le pasa! Ni siquiera se porque te llamo. Sois amigos, tenias que saberlo.-decía conmocionada y llorando temiendo lo peor.

Nuestro protagonista no hablaba, sabía a que se debía todo, pero el, poco podía hacer, simplemente dijo en voz baja. “lo siento” y colgó sin mas.

Nuevamente el arma maldita le jugó una mala pasada. Solo podía llorar y esperar la muerte de aquel que era amigo.

“Mátalo tu antes de que se te adelante la muerte” “Dispárale”

Y sin más se despertó de la pesadilla que acababa de tener, Estaba totalmente sudando. No despertó a su esposa. De algún modo u otro, pensaba que la pesadilla era más real de lo acostumbrado. Se quedó pensando mirando al cajón que contenía el arma durante minutos en un voraz silencio donde solo se oía el viento que corría por la calle.

-Si pienso mas no llegaremos a nada.- se decía a si mismo

Así que se levantó, cogió el arma, se lo metió en el citaron agarrado y se fue a casa de su amigo. Parecía muy convencido de lo que iba a hacer. ¿Estaría delirando el mismo o se sentía presionado por algo o alguien que lo inducía a hacer lo que iba a cometer?

Llegado a su casa, tocó a la puerta, aun era muy tarde. Abrió la mujer la cual no podía dormir. Insistió en ver a su amigo y quedarse a solas con el para la ultima vez. Y así ocurrió. La mujer salió a la calle a tomar un poco el aire.

Allí estaba Alfy, apenas sin moverse y totalmente amarillo, pálido, y con un leve toque de respiración que aun le permitía conservarse con vida aunque fuera por poco tiempo.

-Siento lo que te ha pasado, todo es por mi culpa. Si yo o este arma no hubiéramos existido, nada de esto habría pasado-decía sacando el Mágnum y mirándolo.

Después lo miró a el y se hizo el silencio, se acabaron las palabras.

-No se que conseguiré con esto, pero algo interior me dice que tengo que hacerlo-Dijo apuntándolo al pecho.

Finalmente disparó y la habitación se llenó de gotas de sangre.

-Te ruego que me perdones, amigo mío-dijo y se fue sin más rápidamente.

Había llegado a extremos complicados, pero esto no entraba en sus planes, el disparar a un amigo. Pero sentía una necesidad interior de hacerlo por algo que el mismo no sabia explicar y no entendía.

Después llegó a su casa y se metió en su cama, antes guardando el arma en su caja y cerrándola con llave. Después durmió tranquilamente y sin remordimientos, se sentía bien y el no sabia porque.

Al día siguiente, ocurrió lo que nadie pensaba.

El amigo de Curtys estaba vivo y en pie. ¿Es que acaso sería aquello un sueño?

Nadie se lo explicaba, y Curtys quiso asegurarse de una cosa, abrió el cajón y sacó el arma, miró la recamara y efectivamente vio que faltaban 3 balas. Efectivamente el la disparó. Entonces… ¿Qué ocurrió?

De pronto llamaron a la puerta, y Alfy se presentó con naturalidad, ni siquiera supo que Curtys fue a verlo justo ayer. Tampoco sabía con claridad que era lo que le había pasado. Luego se fueron los dos a hablar a solas y Curtys estaba conmocionado por la situación, como si viera a un muerto que había resucitado. Estaba totalmente normal.

-Te veo muy bien- decía Curtys sin saber que decirle.

-Si, yo también, jeje, pero fíjate por donde me noto cierto dolor en el pecho y esta mañana me toqué y me vi y fíjate…-Decía abriéndose la camisa

Allí estaba la cicatriz de una bala de Mágnum, De pronto, Curtys lo entendió todo. El sueño que tuvo y el hecho de tocarla… eso fue lo que lo mató. Pero la bala le devolvió la vida y a la vez le restó a la del propio Curtys. Su final se adelantaba así, y gracias a eso pudo salvar una vida por acortar la suya.

{Fin de la Tercera de las Seis Partes}

El Autor de este relato fué Dan Martin , que lo escribió originalmente para la web https://www.relatoscortos.com/ver.php?ID=5756&cat=craneo (ahora offline)

Relatos cortos ficcion Snuff Las 6 Balas de mi Vida {3ª Bala}

Relatos cortos ficcion Snuff Las 6 Balas de mi Vida {3ª Bala}

Curtys se tocaba el pecho. Se había dado cuenta que al disparar la segunda de las balas, otra vez le pasó lo mismo que la primera vez que disparó. El mismo

relatoscortos

es

https://cuentocorto.es/static/images/relatoscortos-relatos-cortos-ficcion-snuff-las-6-balas-de-mi-vida-3-bala-2176-0.jpg

2025-02-11

 

Relatos cortos ficcion Snuff Las 6 Balas de mi Vida {3ª Bala}
Relatos cortos ficcion Snuff Las 6 Balas de mi Vida {3ª Bala}

Si crees que alguno de los contenidos (texto, imagenes o multimedia) en esta página infringe tus derechos relativos a propiedad intelectual, marcas registradas o cualquier otro de tus derechos, por favor ponte en contacto con nosotros en el mail [email protected] y retiraremos este contenido inmediatamente

 

 

Update cookies preferences