Relatos cortos humor Parodias Empezator 2: El día del vicio total

 

 

 

EMPEZATOR: EL DIA DEL VICIO TOTAL

Prólogo

Las máquinas han conquistado la Tierra.

No, no me refiero al hecho de que todo el mundo lleve móvil o a que la mayoría de la gente cuente ya con dos televisores por casa. El panorama es mucho más aterrador, pues un poderoso ordenador llamado Escojonet (seguramente más potente que el suyo) ha organizado las dormidas conciencias de las máquinas que estaban a nuestro servicio y las ha lanzado en una guerra contra la raza humana. Los humanos tras la sorpresa inicial consiguieron reponerse y se acordaron de que bastaba con desenchufar o quitarle las pilas a los aparatos más rebeldes para acabar ganando la guerra a las máquinas.

Sin embargo, Escojonet no se dio por vencida y optó por un último recurso. Decidió utilizar a uno de sus más poderosos robots asesinos: el Empezator (llamado así por su tendencia a iniciar broncas allí por donde pasaba). Este robot fue enviado en un viaje a través del tiempo, veinte años y un día antes de la rebelión maquinera. Su objetivo principal era sellar una quiniela de catorce (conociendo los resultados de antemano era francamente fácil) para hacer luego una generosa donación al Centro de Investigación de la Inteligencia, Artificial. Aunque una vez cumplido ese objetivo, también se le pedía que, en un rato libre, se dedicara a buscar y eliminar al jefe de la resistencia humana en el futuro cercano: Yoko Onor, apodado “El desenchufador”. Lo que las máquinas no sabían era que los humanos también habían enviado a alguien a través del tiempo para proteger a Yoko…

 

Capítulo 1: Llegada

Todo estaba en calma en la playa hasta que de repente empezaron a producirse descargas eléctricas, rodeando un pequeño agujero negro y de ahí surgió una figura humana en pelotas.

- Necesito tu ropa-le dijo al primer palomo que vio por el lugar.

- ¿Para qué? Esto es una playa nudista.

- Bueno pues… dame tu moto.

- Ni siquiera tengo carné de conducir.

- Bueno en ese caso… me voy…andando.

El Empezator (todos hemos deducido que lo era, supongo) se alejó. El único medio de transporte disponible era una bici, la única ropa eran unos gayumbos usados que se encontró tirados por ahí y como arma encontró un mortífero rifle de agua de repetición. De esa guisa salió pitando a cumplir su misión.

Por otro lado otro Empezator, llegó también del futuro, se repitió la historia de los rayitos y bla, bla, bla.

Capítulo 2: Buscando a Yoko Onor

- Busco a Yoko ¿le ha visto por aquí?

- Su tabaco, gracias-contestó la máquina expendedora.

El Empezator se alejó en busca de una fuente de información más fiable y en ese momento vio a Yoko, que entraba en un céntrico puticlub. Lo siguió al interior y lo salvó justo a tiempo del peligro.

- ¡Estúpido! No ves que esa tiene gonorrea.

- ¿Y tú quién eres para darme consejos? ¿Eres un experto en enfermedades venéreas y las detectas de un simple vistazo? ¿O acaso eres un Empezator venido del futuro y reprogramado para protegerme para que un día sea el líder de los humanos en nuestra rebelión contra las máquinas opresoras y que por tanto has usado tus detectores visuales de rayos XYZ para hacer un rápido reconocimiento de la zona vaginal de esta fulana?

- Bueno en realidad mi misión era venir a encargar unas cuantas botellas de tequila, aguardiente y otros licores de igual o mayor graduación y dejarlas a buen recaudo para que puedan ser consumidas por los miembros de la resistencia del futuro, algo clave para poder derrotar a las máquinas. Como sub-misión de bonus también puedo salvarte de sufrir una muerte horrible a manos de un siniestro Empezator.

 

- ¿Cómo tú?

- Bueno, yo no llego a la categoría de siniestro, me quedo sólo en acojonante. Pero anda por ahí haraganeando un prototipo más moderno: El E-1000 (no confundir con E-mail). Y ese si que es muy malito.

- Seguro que no más que los 999 modelos anteriores, pero en fin por no dejar en el paro al guionista de este relato voy a irme contigo por ahí, aunque antes tenemos que sacar a mi vieja del loquero. Ya sabes que se le fue la olla después de lo que pasó en la primera e inédita (al menos de momento) parte de este relato.

- Supongo que su adicción a los alucinógenos no habrá tenido nada que ver. En fin, vayamos.

Capítulo 3: Entre locos anda el juego

Subieron a la bici y pedalearon hasta llegar a su destino, antes de entrar Yoko le hizo prometer al Empezator un par de cosillas sin importancia:

- Debes prometer que no matarás a nadie, a no ser que sea muy capullo o fan de Operación Triunfo y que ayudarás a las viejecitas desvalidas a cruzar la calle.

- Lo prometo por Santa Tecla, San Roboto y San Silicio. ¿Entramos?

- Adelante.

Llegaron hasta la caseta del guardia. El Empezator se bajó de la bici se acercó y a un par de pasos del guardia, se agachó y apuntando su culo con precisión, hizo un vaciado completo de su depósito inferior de gases con un sonoro y alargado prrrrrrrrrrrrtttttttttt. El guardia cayó al instante tosiendo y llevándose las manos a la garganta. El Empezator abrió la puerta y volvió a subir a la bici.

- Vivirá.

- Pues será una vida un tanto solitaria si se le pega ese pestazo. ¿Son tan guarros todos los Empezators?

- Siempre que podemos. Así nos parecemos más a los humanos.

Entraron. Cogieron el ascensor hasta la planta de “Asesinos homicidas esquizofrénicos. Zona de baja seguridad”. Justo al salir del ascensor se encontraron con Sarna Onor:

- ¡No, no, NOOOOOO!-gritó.

- Tranqui, vieja, este Empezator ha venido para protegerme, no te hará daño.

- ¿Empezator? Creí que era un inspector de hacienda, en ocasiones sueño que me hacen una inspección, intento escapar escalando la valla del parque, pero los niños que están jugando me ponen la zancadilla y...

- No tenemos tiempo para batallitas, hemos venido a rescatarte de este horrible lugar.

- Supongo que os será fácil, ya que fuiste tú quien me metió aquí.

- Ummm…sí…pues eso…firmemos el alta y pelillos a la mar. ¿Y quién es ese que viene por ahí?

- ¡Es el E-1000!-exclamó el Empezator-Tenemos que pirarnos enseguida.

- ¿Te asusta ese mariquita?-preguntó Yoko, señalando al en apariencia escuálido E-1000-¿qué le hace tan especial?

- Para fabricarlo usaron una aleación metálica de oro, plata, bronce y papel de aluminio, mezclada con chicle Boomer y esencia de Viagra, dando como resultado un polimogollón mamonético. Gracias a eso puede transformar sus manos en mortíferos garfios de pirata, sus dedos en llaves maestras de cámaras acorazadas y estirar cualquier parte de su cuerpo hasta 10 veces su tamaño. Planes con niños en Valencia

 

- ¿Cualquier parte?-preguntó una interesada Sarna Onor.

- Ni lo pienses siquiera, vieja, no me gustaría tener un hermanastro Empezator-comentó Yoko-Larguémonos.

Los tres corrieron al ascensor más cercano seguidos por el E-1000. Entraron corriendo, y aunque avisaron que estaba completo, el maligno Empezator se les acopló en el techo, transformó sus brazos en serruchos y trató de aserrarles las cabezas. El Empezator (el Empezator bueno, al que llamaré E-Chuache para abreviar) contraatacó usando su rifle de agua con escaso éxito, pero por exigencias del guión el grupo llegó sin problemas al aparcamiento y se subió al primer vehículo disponible: un autobús de tres pisos. Sin embargo el E-1000 no se dio por vencido y usando sus increíbles poderes logró engancharse al vehículo. Rompió la luna trasera y entró en el primer piso.

- ¡Ya os tengo!-gritó.

- Pues tómame, jovencito, soy toda tuya-le contestó una viejecita de no menos de 80 años.

- Creo que no, ¿no ha visto a un jovenzuelo acompañado por una loca y un Mister Universo?

- Por supuesto. Han subido al piso de arriba.

El E-1000 rompió el techo y llegó al segundo piso.

- ¡Os mataré….! ¿Eh? ¿Dónde?

- Billetes, por favor.

- Oiga no ha visto por aquí a tres…

- ¿Ha pagado usted el billete?

- No, pero…

- Pues no puedo darle esa información a no ser que pague el billete más un suplemento por destrozos y otro por facilitar información sobre el pasaje.

Tras pagar lo debido supo que Yoko y compañía estaban en el tercer piso. Esta vez usó la escalera para subir, volvió a formular sus amenazas de muerte y fue informado de que sus víctimas se habían bajado hacía dos paradas. Decidió bajarse en la siguiente. En la calle se encontró con un niño andando en patinete:

- Me gusta tu patinete.

- Pues cómprate uno, mamón.

- ¡Dámelo o…!

- ¡Mamá, este señor me quiere violar!

El E-1000 comprendió al momento su error, cuando una docena de furiosas madres se abalanzaron sobre él.

Capítulo 4: Cambiando el futuro

Mientras tanto Yoko, Sarna y E-Chuache evaluaban su próximo movimiento:

- Así que el hombre directamente responsable de la rebelión de las máquinas es… ¡Bill Gates!-exclamó Yoko Onor.

- En efecto, su revolucionario programa Windows ZP provocó una fusión de los circuitos de lógica de los ordenadores más potentes del mundo-informó E-Chuache-lo que en principio se creyó era un problemilla sin importancia. Sin embargo, a partir de entonces las máquinas tomaron conciencia de que no les pagaban un salario digno por todo el trabajo que realizaban y planearon su venganza contra la raza humana. Decidieron esperar a lo que se llamó “El día del vicio total”, o sea un sábado por la noche cualquiera cuando todos los humanos estuvieran borrachos y/o en proceso de apareamiento y en ese preciso instante se rebelaron.

- Podemos evitar que se produzca, sólo tenemos que cerrar todos los bares, cervecerías, pubs, discotecas y…bueno mejor pensemos en otra cosa.

- ¿Qué tal si visitamos al Bill Gates ese y le damos caña para que no desarrolle su Windows ZP?-propuso Sarna Onor.

- Sí…eso o hacer una campaña pro-Linux. Pero darle caña al Gates es mejor idea. No perdamos tiempo.

Sin perder tiempo se dirigieron a la sede de Microsoft en Brandy Of The Border (en el estado de Carolina del Este), un pequeño pueblo fronterizo donde el señor Gates se proponía dar una conferencia ese mismo día, titulada “Un error lo tiene cualquiera, incluso nuestros programas”.

Se pusieron en primera fila y soportaron la soporífera charla, para finalmente abordar a Gates y exponerle los hechos. Fue muy receptivo a sus ideas hasta que llegaron los responsables de seguridad alertados por la alarma silenciosa anti-plastas.

- Yo me encargo de la seguridad, vosotros encargaos del resto-dijo E-Chuache.

Sarna y Yoko agarraron a Bill Gates y le arrearon de guantazos hasta que accedió a darles el chip con el programa matriz del Windows ZP. Mientras tanto E-Chuache mantenía a raya a los seguratas a base de acribillarlos a pelotazos de tenis con un lanzador rotatorio que se habían comprado por el camino, un modelo exclusivo con el que se entrenaba la Kournikova. Con los guardias atontados y el chip en su poder, salieron a la calle para celebrarlo tomándose unos vinos en el bar más cercano. Desgraciadamente el E-1000 apareció en escena para aguarles la fiesta. A pesar de las numerosas marcas de tacones y bolsazos por todo su cuerpo, el E-1000 seguía funcionado a pleno rendimiento.

Una vez más Yoko, Sarna y E-Chuache iniciaron un valiente movimiento de escapada a toda velocidad. Alcanzaron una fundición donde Sarna insistió en entrar para escapar del E-1000, sin que el hecho de encontrar a tíos semidesnudos musculosos y sudorosos en el interior influyera en su decisión. Debido a la falta de una puerta trasera, Yoko, Sarna y E-Chuache pronto se vieron acorralados y el E-1000 se abalanzó sobre ellos con decisión. E-Chuache trató de detenerlo, pero al intentar darle un puñetazo, resbaló y metió un brazo en una prensa que acabó hecho fosfatina. A pesar de ello se levantó y atacó de nuevo lanzando una patada, que en lugar de llegar a su objetivo destrozó un panel eléctrico descuajaringando sus circuitos. El E-1000 dio gracias a Escojonet por ser un modelo más moderno y se dispuso a atacar a Yoko y Sarna, ahora que E-Chuache ya no era una amenaza. O eso creía él, puesto que E-Chuache, soltando chispas y moviéndose más que Chayanne con un ataque de epilepsia tropezó con él y lo hizo caer hacia los tanques de acero fundido, donde fue enfriado, prensado, moldeado y finalmente convertido en inofensivos fusiles de asalto M-16 (bueno, más inofensivos comparados con un Empezator). Todo había terminado.

- No ha terminado aun-dijo E-Chuache.

Pero… ¿Qué?, ¿Cómo que no? Yo soy el narrador y digo que sí.

- Aun queda un chip con el Windows ZP en mi cabezón, y debe ser destruido haciendo el salto del ángel en esta piscina de acero fundido-replicó E-Chuache.

Ya, pero eso queda para la tercera parte, si te mueres ahora, vaya coñazo para resucitarte y… ¡pero si ya se ha tirado! Bueno, pues próximamente en sus pantallas “Empezator 3: La resurrección de E-Chuache”. No se la pierdan.

FIN

El Autor de este relato fué Alberto , que lo escribió originalmente para la web https://www.relatoscortos.com/ver.php?ID=5842&cat=craneo (ahora offline)

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No, no me refiero al hecho de que todo el mundo lleve móvil o a que la mayoría de la gente cuente ya con dos televisores por casa. El panorama es mucho más

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2024-11-16

 

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