Relato del Dr. Francisco J. Rodriguez *
Ciertos sucesos durante mi carrera de medico rural me hicieron trabar relaciones con el medio y la vida rural de nuestro país y en particular con el estanciero Pedro Orcina en la 5ta Sección , Colonia Suiza en el Dpto. de Rocha.
Orcina me tenia mucho aprecio luego de haberle salvado una pierna que casi pierde a causa de una mala "vencedura" que le hizo un curandero local.
En la estancia tenia como agregado a un gaucho viejo , maltratado por la vida a la intemperie y el trabajo de casi toda su vida. Pasaba desapercibido la mayor parte del tiempo y algunos siquiera sabían de su paradero si no se lo veía seguido , pero en los días de lluvia cuando se hacia imposible cualquier trabajo Don Pedro ordenaba hacer parvas de tortas fritas y entre mate y mate era donde Jesús (que así se llamaba el viejo) cobrara señorial importancia.
Era lindo de ver como lo gurises se echaban todos en el piso y el resto de la peonada en semicírculo alrededor del viejo Jesús.
El día al que me quiero referir en particular sucedió luego de haberme trasladado a "La Majada" estancia de Don Pedro luego de un llamado urgente. La causa era un raro padecimiento de Doña Ignacia su mujer que la tenia en cama hacia días.
Debo indicar por su importancia el diagnostico de la convaleciente: extraño caso de anemia agravado por un cuadro de fiebre y dolores musculares.
Deje un rato a mi paciente descansando y me fui a la cocina a ver si podía "picotear" algo. Era la tarde de los días de fiesta en la cocina pero había cesado de llover.
Sentado en una cabeza de vaca que hacia las veces de silla el viejo Jesus se encontraba en pleno acto.
-...y paso como alma que lleva el diablo, yo mesmo lo vi con esto´ojo y el finao Matildo Solari que Dio tenga en la gloria y mis palabra no lo ofendan al lao mío taba y del julepe que se pego perdio hasta el poncho..
Me acerque mas para escuchar el relato que hacia las delicias de los presentes , mientras tanto tome una torta frita y le pregunte a uno de los contertulios de que se trataba el cuento.
- Del lobizón ño Rodriguez , de la vuelta que ataco la estancia.El mozo tendria unos veinte años y por lo que parecia era ya todo un hombre , lucia orgulloso el facón en la cintura , mientras que tres pelos asomaban en el mentón.
Le dije medio en broma a su respuesta si el lo habia visto.
- Dios gracia ño Rodriguez , fue hace añares , mi abuelo Dios lo guarde en su santo reino era pion , Don Jesu era el capata.
Le pregunte sobre el clima para aplacarle un poco la tensión y por otro lado en cosas del tiempo los gauchitos son bastante entendidos y mas me interesaba que las historias que tanto habia oido de niño de lobizones y luces malas.
Nunca pude entender ni me dejo de sorprender lo superticiosos que son los gauchos y como su creencia en Dios es directamente proporcional a su ignorancia.
Doña Ignacia estaba empeorando , la fiebre habia subido y la palidez que tenia era extrema, para peor no contaba yo con los medicamentos nesesarios. Asi se lo dije a Don Pedro que enseguida envio un peón a Paso Barranca por ellos.
Mientras tanto nada se podia hacer por la enferma mas que bajarle la temperatura y brindarle comodidad.
Cerca de la medianoche note una leve mejoría y aproveche para cenar algo.
Debo decir en honor de Don Pedro que allí se comía excelente , una suculenta olla de chatasca y un vino por demás cabezón me esperaban en la cocina.
No fue hasta haber terminado que repare en la figura encorvada del viejo Jesús. Pareciese una corneja en la penumbra de la cocina.
- Ña dotor - dijo asomando un ojo tuerto a la luz del fuego - ¿como esta Doña Inacia?
-Bien- conteste - va mejorando.
El viejo movió la cabeza en signo de aprobación y quedo absorto en sus pensamientos.Yo seguí mi soliloquio.
-...lo que mas extraño me parece es que presenta la sintomatologia de un virus y sin embargo es la única afectada en la estancia - y dije mas fuerte - No ha sentido Don Jesús de algún peón enfermo.
El viejo volvió en si y mirando fijamente sentencio:
-No e un viru dotor.
- ¿Como sabe usted eso Don Jesús?. A estado otro doctor ya ...
-No , pero todo el mundo lo sabe. No e un viru dotor , e un castigo de Tata Dios...
Mi curiosidad había caído embelesada en las redes del "Tusitala" de la estancia , en un momento me halle en medio de una fantastica historia que a continuación relatare tal cual salio de los labios del gaucho.
-"Esto que le via´ contar es la purita verda, yo memo lo vide con estos ojo y añudo las consecuencias no me dejan mentir.
Yo era mozito ya cuando conoci a Don Zacarias Camacho y a Doña Gertudi Olivera padres de Doña Inacia.
Yo trabajaba en la estancia dello que es la mesma que estamos los do ahora.
Don Zacarías era un hombre que gustaba de la tarea del campo , gran jinete y gran arriador. Siempre quiso un amigo varón pa´cerlo como el y se encargara de la estancia en su ausencia.
Sin embargo cuando Doña Gerturdi estaba dando a lu el varoncito los do fenecieron en el ato.
La tristeza del patrón gue tan grande que poco nos falto pa que se nos muriera también.
Se velo a Doña Gertudi y al angelito acá mesmo a pesar de lo llanto de los deudos, por que uste sabe lo pior pa´un angelito es que lloren en su velorio y no lo dejen ir al cielo.
Doña Inacia creció y se hizo una hermosa moza y era tan edentica a la difunta Doña Gertrudi que cualquiera las hubiera congundido.
Pero Don Zacarías nunca pudo llevar bien la perdida de su mujer y muchas veces lo oi decir de las ganas que tenia de tener un varoncito y lo mas raro siempre hablaba de lo parecida de la patroncita con Doña Gertrudi...
Entre la peonada empezaron a correr tuitas clases de chismes y varios se jueron de la istancia por que no era bueno el ambiente.
La verda´los chismes gueran cierto o no a Doña Inacia no la vimos mas , no salia nunca , pero aca estaba , la negra Ramona la asistia en el cuarto dice, pero hasta el dia que se murio la negra nunca largo nada.
Me acuerdo como si guese hoy la noche que me mando a buscar el patrón a lo del manco Muniz. Yo estaba en un truco de los mas lindo y ligaba empila. El finao Matildo me gue a buscar.
Salimos al galope pa la estancia , el Matildo era bastante jodido pero esa noche estaba como víbora que´a perdío el veneno.
Me dijo que en la estancia estaba el mesmo Mandinga y no era mentira por que los perros ladraban como loco.
Dijo que la patrona estaba muriéndose , que gritaba como chancho apaliao´y el patrón me precisaba urgente.
Y fíjese dotor que aunque uno sea bruto y no aya ido a la iscuela como uste´ha cosas que no haríamos ninguno de los do.
Don Zacarías me entrego en brazos , lo juro por mi mama Dios no la desampare , a un niño recién parido y me ordeno que lo despenara.
Acuso que Doña Inacia había tenido ese niño en pecado con un mozo que se habia marchado puesto no estaba casoriada y su hija no podia sufrir tal desonra.
Vuelvo a repetirle dotor por que siempre es bueno limpiar la conciencia , aunque sin mas educacion que la de mi tata y mi mama que no sabia leer lo libro que uste lee si me enseñaron sin embargo a leer la cara de la gente y Don Zacarías traía un entripao´, por la virgencita.
Yo no sabiendo quia ser le dije al patrón que yo no iba a matar a un inocente por que si que eso parecia de mandinga mesmo.
Se lo llebo al inocente pal cuarto y al rato aparecio con el cuerpito fenecido.
¡Sera asesino el ser humano...ta que lo pario ! Mato a su propio...y ahi no me le contuve y me le fui nomas, guera viejo desgraciao´saco un bufoso y en la tranzada perdi un ojo.
La cuestión fue que el angelito fue colgado en el mismo ombú donde estaba el otro.
Yo a sabiendas de todo no pude decir ni esta boca es mía...pero ahora yo le via confesar total falta poco para que a este viejo se le pele el mango e´ lacha. Sabe que al finao Zacaria lo pase yo pal´otro lado, gue en el medio el campo cerca el ombu y la bicha casi me mata, estaba con el viejo o ella lo defendia no se, lo que si casi me agarra.
En las noches que mas lo presiento me voy a las aguera de la estancia lejo, sino me quedo en el algun rincon oscuro de la cocina porque donde hay lu no se mete.
Yo se que me esta esperando pa ´cobrar lo que debo...pero no soy perro e dos día no..."
-¿Quien Don Jesús? ¿que es lo que lo espera?
-Doña Inacia ño dotor , la mula anima.
Años mas tarde antes de escribir esto y estando retirado de mi profesión me encontré con un peón de "La Majada". Me contó que había muerto el viejo Jesús, lo atropello un jabalí cerca de un ombú.
En la estancia nadie comento nada.
* Historia sobre un sucesoo veridico registrado por el Dr. Francisco J. Rodriguez (1821-1904) en su libro innacabado " Costumbres y leyendas en el Uruguay Rural". Donado por la viuda del Dr. al Museo Histórico Nacional. Año 1905. Sección VII. Copia Fiel.
El Autor de este relato fué Ignacio Moreno , que lo escribió originalmente para la web https://www.relatoscortos.com/ver.php?ID=5574&cat=craneo (ahora offline)
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2020-06-24

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