CARRETERA AL INFIERNO
La oscuridad de la noche, la carretera serpenteante y abrupta, el calor húmedo y el coche...el flamante vehículo recién estrenado.
No me gusta conducir de noche y menos aún por una carretera comarcal, pero pagar un peaje para recorrer 40 kilómetros me parecía excesivo.
El coche marcha bien, tiene buen agarre en las curvas y la iluminación de los faros parece adecuada. Aprovecho los momentos en que no viene ningún vehículo de frente para comprobar las “largas”.Pronto me doy cuenta de que, no es que no venga ningún coche de frente ,si no que no hay ningún vehículo, ni en nuestro sentido ni en el contrario.
Entre tanta oscuridad lo único que veo es la proyección de nuestras luces sobre la carretera. Parece que se hubiese acabado el mundo. Tengo un poco de miedo. Lo disimulo por que ya que tengo que conducir prefiero hacerlo sin que nadie me moleste. ¿y si se me avería el coche?...prefiero no pensarlo. Miro el móvil y no tiene cobertura.
Mantengo las ventanillas bajadas. El calor es húmedo y pegadizo. El motor del vehículo deja oír el estridente cantar de los grillos,....CUANDO...una luz se atisba en la oscuridad. Es un vehículo, pero no sigue el margen de la carretera. Parece que viene de la zona boscosa. Imagino que circulará por algún camino de tierra con rumbo a alguna vivienda. Pero el vehículo parece que busca introducirse en la misma carretera que yo, y así lo hace.
Le tengo a unos 50 metros en nuestra misma dirección. Va muy despacio, yo continúo la marcha y pronto me acerco a él. Lleva una velocidad inusualmente lenta y no parece que tenga intención de aumentar la misma. Lo peor de todo es que tampoco facilita las cosas para adelantar ya que va pisando la línea separadora de ambos carriles. Aún así pongo el intermitente con la intención de superarle...cuando para mi sorpresa, una hilera interminable de vehículos aparecen de la nada en sentido contrario al mío, lo que me imposibilita ningún tipo de adelantamiento.
Hay que tener paciencia y esperar la oportunidad. Parece difícil comprender de dónde han aparecido tantos coches y todos en dirección opuesta a la mía.
¡¡Milagro!!, unas luces en la lejanía. Es un coche, y le tengo unos 200 metros más atrás. ¡Parece que se han puesto de acuerdo todos para ocupar la carretera al mismo tiempo!.
Miro por el retrovisor y noto una actitud extraña en ese vehículo. Utiliza los intermitentes a un lado y a otro sin sentido, se cambia de carril, va en zig-zag. Parece absolutamente descontrolado.
Lo peor de todo es que se acerca peligrosamente a mi vehículo. Ya le tengo muy cerca...cuando...activa los intermitentes de emergencia, la luz larga y hace sonar el claxon de continuo. No entiendo nada¡¡qué pretende!! ¿se ha vuelto loco?. Yo no puedo dejarle adelantar, ni tampoco puedo ir más deprisa. Estoy atrapado. La carretera continúa serpenteante y siempre en subida. No dispongo de arcén y se suceden los túneles. Los coches siguen pasando en dirección contraria. No hay salida. Siento una envestida por detrás, casi pierdo el control. Me intenta sacar de la carretera. Me siento impotente. La angustia se apodera de mi cuerpo. Mi respiración es jadeante. No quiero mirar atrás. Lo vuelvo a tener cerca, casi me da. Debo de adelantar como sea. Listas y rankings
No me queda mucho tiempo para reaccionar. Vuelvo a sentir otro impacto aún más potente. Mi cabeza se voltea bruscamente hacia atrás, doy un volantazo y estoy a punto de sufrir un impacto frontal contra un vehículo de los que venían en sentido contrario.
Oigo gritos, no sé si de angustia o de satisfacción. Van más de una persona. ¡Están locos!. Intento controlar los nervios. La muerte la veo cercana.
Si consiguen echarme de la carretera, encontraré el abismo. No sé que hacer. El vehículo de delante continúa rodando a la misma escasa velocidad, como si con él no
fuese el macabro juego. No da la impresión de alarmarse ni inmutarse lo más mínimo.
¡¡ ES MI SALVACIÓN!!. ¡¡LO HE VISTO!!. Un caminillo a la izquierda. Es mi única y última oportunidad. Doy un volantazo y me salgo de la “carretera del infierno”. Estoy a salvo.
Me introduzco en el caminillo de tierra unos 50 metros. Apago las luces y respiro. Me tengo que tranquilizar . Ya ha pasado todo. Voy a esperar un poco. Transcurridos 5 minutos, creo que ya es tiempo suficiente para volver a reanudar la marcha sin peligro, pero ...EL COCHE NO ARRANCA.. No sé que hacer. El móvil no tiene cobertura y tampoco hay ninguna población cercana.
Cuando...¡¡DIOS MÍO...ESTOY MUERTO....VUELVEN A POR MÍ.....!! Ya no tengo huida. Detienen el coche, apagan las luces. Sale alguien del mismo. Me ilumina con una linterna. Otro con una cámara de video al hombro... Quizás me quieran enterrar vivo y luego grabarlo.
Mi corazón no puede más, siento un fuerte dolor en el pecho .Los asesinos se van acercando. Caigo al suelo. Me ilumina el rostro despavorido con la linterna, me mira fijamente a los ojos, sonríe y dice: MIRA LA CÁMARA, ESTO ES UNA BROMA DEL PROGRAMA CÁMARA OCULTA DE TELE 5 QUE TE HAN GASTADO TUS COMPAÑEROS... JA, JA, JA...
Mis ojos se cierran y mi corazón deja de latir.....FIN
Nota: Tele 5 quedó complacido por que fue líder de audiencia en prime time
Oscar, 15 de agosto de 2004
El Autor de este relato fué Oscar , que lo escribió originalmente para la web https://www.relatoscortos.com/ver.php?ID=7533 (ahora offline)
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La oscuridad de la noche, la carretera serpenteante y abrupta, el calor húmedo y el coche...el flamante vehículo recién estrenado. CARRETERA AL INFIERNO
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2024-11-27
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