Relatos cortos terror Terror General Esos pasos

 

 

 

Llegó un día que mi hermano mayor necesitaba intimidad, por lo que peleó para conseguir que el cuarto de los trastos pasara a ser suyo y con ello emanciparse del nuestro y no tener que compartir noches conmigo. Eso suponía que yo, como pequeño que era, iba a seguir en la misma diminuta habitación de siempre, pero como pasaría a ser toda para mí, en cierto modo su lucha se convirtió en mi victoria. Un premio que pronto quedo deslucido al reparar, cuando llegó la noche, que a partir de entonces, en esa habitación yo iba a ser el único que dormiría.

Al acostarme me di cuenta de que todos los ruidos, por pequeños que fueran, me parecía cualquier cosa menos lo que son, por lo que empecé a tararear para distraerme. Dos veces repetí la misma canción, y al iniciar la tercera, las viejas puertas de madera del balcón que había en el cuarto se abrieron anunciadas por un largo y chirriante sonido.

 

Una punzada fría y dolorosa se albergó en mi pecho, mis parpados se separaron violentamente y mis pupilas se clavaron en las cortinas, que arrastradas por una cálida brisa, invadieron la habitación hasta casi tocar la cama.

Como un resorte me di media vuelta y enfoqué mi vista en la pared opuesta al balcón, donde la luz de la luna proyectó un sin fin de siniestras sombras que se movían al ritmo de las cortinas. Hasta que cerré los ojos para no verlas, lo que no evitó que siguieran moviéndose. Escuchaba el viento danzando entre ellas, como caían cuando el viento no las empujaba, de nuevo se alzaban, caían, hasta que la brisa cesó y con ella su baile.

Entre abrí los ojos y la fría punzada, que apenas había empezado su retirada, se intensificó trasformándose en un ardiente relámpago al escuchar unos pasos cortos, rápidos, que cruzaron el cuarto y murieron junto a mi cama.

¡Que horror!, ¿Quién había entrado en mi dormitorio y me observaba a menos de un palmo?. Fuera quien fuese respiraba de una manera lenta y sincronizada, soltando el aire entre los dientes a modo de suave siseo y en ocasiones provocando un ligero silbido. En ese momento mi corazón latía tan rápido que empecé a temer que se escuchara tanto que esa persona pudiera oírlo y sospechar que en realidad yo estaba despierto.

Pero no ocurrió nada, simplemente estuvo allí plantado unos cinco minutos hasta que de nuevo escuché esos pasos retirarse, algo más despacio de como habían entrado y tras ellos, cerrarse las puertas del balcón.

No pude dormir en toda la noche, las lágrimas se multiplicaban en mis ojos, de vez en cuando se me escapaba algún que otro sollozo y hasta me oriné encima por no levantarme para no mirar al lugar donde hacía horas, una persona estuvo observándome mientras fingía estar dormido.

La noche siguiente me senté en la cama con los ojos clavados en las puertas de ese balcón el tiempo que dura un padre nuestro y me acosté de nuevo entonando la misma canción del día anterior y mirando a la misma pared. Al iniciar la tercera ronda, las puertas se abrieron dejando de nuevo entrar esos pasos, cortos, rápidos, ¡desnudos!, si ahora lo sabía, el intruso iba descalzo, en el cuarto. Mazos del Hearthstone

Se acercó tanto esta vez a mirarme que noté su frío aliento, con olor a humedad, en mi cuello y esa exasperante respiración penetrando por los recovecos de mi oído.

Ya había vivido esta situación hacia unas horas, pero me provocó tanto pánico o más que la primera vez y cuando se fue rompí a llorar sin moverme lo mas mínimo y sin dejar de mirar la dichosa pared.

Tampoco en esta ocasión lo conté, ni las siguientes por que a partir de entonces cada noche regreso a visitarme, ya que temía que se enfadase si se enteraba que había dicho algo de él y pudiera hacerme algo más que miedo.

En ocasiones lograba convencer a mis padres para que me dejaran acostarme más tarde, pero era inútil, siempre acababa apareciendo pasado el mismo tiempo desde que me sumergía bajo las mantas. Como contaba para distraerme, llegué a controlarlo tanto que era capaz de enumerar por lo que dura un segundo. Al llegar a trescientos, las puertas se habrían y esos pasos entraban. -…doscientos noventa y nueve y trescientos-. Volvía a sonar en mi mente atormentada cuando los pasos se iban y con ellos la punzada.

Pasaron varios años en los que ese ritual se sucedía a diario, con el terror sumergido en lo más profundo de mi cuerpo durante diez minutos desde que me acostaba en la cama, pero nunca he sabido lo importante que eso era para mí hasta hace treinta noches. Un mes entero sin poder dormir con esa punzada siempre en mi pecho temiendo oír esos pasos de nuevo, pero no vienen. Antes, cuando me visitaba, sabía que al marcharse no volvería en toda la noche, por lo que era capaz de relajarme y descansar tranquilo hasta que la cama volvía a reclamar mi presencia. Pero ahora que no aparece, esa punzada no se va, me acompaña constantemente hasta que el sueño es tan poderoso que el terror queda vencido y con él la maldita punzada, pero el intruso sigue sin venir.

¡Que tormento!, ¿Por qué esta espera?, no puedo soportar el no saber si entrará en un momento de distracción, por lo que espero con ansiedad que a los trescientos segundos de acostarme entre para que al marcharse pueda descansar.

¡Necesito oír esos pasos!.

El Autor de este relato fué Eddy Howell , que lo escribió originalmente para la web https://www.relatoscortos.com/ver.php?ID=2906 (ahora offline)

Relatos cortos terror Terror General Esos pasos

Relatos cortos terror Terror General Esos pasos

Llegó un día que mi hermano mayor necesitaba intimidad, por lo que peleó para conseguir que el cuarto de los trastos pasara a ser suyo y con ello emancipars

relatoscortos

es

https://cuentocorto.es/static/images/relatoscortos-relatos-cortos-terror-terror-general-esos-pasos-1597-0.jpg

2021-07-18

 

Relatos cortos terror Terror General Esos pasos
Relatos cortos terror Terror General Esos pasos

Si crees que alguno de los contenidos (texto, imagenes o multimedia) en esta página infringe tus derechos relativos a propiedad intelectual, marcas registradas o cualquier otro de tus derechos, por favor ponte en contacto con nosotros en el mail [email protected] y retiraremos este contenido inmediatamente

 

 

Top 20