Helena estaba sentada en la mesa más apartada del bar escribiendo su último artículo. Se estaba haciendo de noche y debía ir a su solitaria casa. A sus 23 años todavía no había encontrado al hombre de su vida, y mira que lo había intentado veces... En el bar no había demasiado ajetreo, eso es lo que le gustaba de ese sitio y por eso iba casi siempre allí a trabajar, Emily, la camarera, ya la conocía, y también Robert, el otro camarero y propietario del bar. En el bar también estaban Zack, un guarda de seguridad bastante forzudo de unos 37 años y habitual cliente del bar, un chico bastante guapo que no solía venir a menudo y al cual ya le había echado el ojo Emily, y también una chica de unos 18 años que acababa de entrar y que era la primera vez que iba por allí, según Emily. ¿Qué hacía una estudiante allí a esas horas? La chica se fue directamente al baño sin decir palabra, llevaba gafas y un pelo largo y azabache, además todavía llevaba el uniforme del colegio. Como no había mucho que hacer, Emily se sentó junto a Helena.
- ¿Qué tal vas con tu artículo?
- ¿Y tú con tu fontanero?
- ¿Qué fontanero?
- El que tienes ahí en la barra.
- ¿Es fontanero?
- Sí, y se llama Tim.
-¿Cómo lo sabes?
- Bueno, ya sabes que tengo mis contactos aquí en New York.
- ¡Oh! ¡Olvidaba que eres una periodista muy influyente!
Las dos se rieron largo rato atrayendo así la atención de los presentes. Cuando Tim las miró, Emily se puso roja y Helena se rió todavía más.
- Así que se llama Tim... Voy a saludarlo y a ver que pasa...
Emily era una esbelta chica de 21 años, tenía una cabellera rubia, larga y sedosa y una cara angelical. Era la típica animadora de instituto, y de hecho fue la jefa de animadoras de su instituto. Helena, sin embargo, no era tan llamativa, tenía un pelo corto y oscuro y un físico bastante sexy, pero no era tan guapa como su amiga, y desde luego no tan descarada como ella. Cuando Emily estaba a punto de llegar hasta su presa, un golpe fuerte sonó en la puerta de cristal del establecimiento, Emily estaba cerca de la puerta y vio que el hombre que estaba fuera estaba doblado por la cintura, así que fue corriendo a abrir y a prestar su ayuda al enfermo. Emily ayudó al hombre a entrar y a sentarse en una silla y le preguntó por su estado, el hombre parecía consciente, pero no contestó. Emily fue a buscar agua y algo para el dolor de estómago dejando al hombre solo en la mesa. Robert no parecía preocupado, era bastante tarde y a esas horas solían haber muchos borrachos a punto de vomitar y con dolor de tripa, así que siguió fregando vasos sin prestar atención. Emily volvió y ayudó al hombre a tomarse una pastilla, lo cual costó bastante porque él no colaboraba, así que Emily tuvo que hacer grandes esfuerzos para hacérsela tragar. Cuando hubo terminado, lo dejó sentado y se dirigió a la mesa de Helena, la cual cerró el portátil después de guardar su casi artículo y se puso a charlar con Emily. Helena comentó de pasada que era raro que la estudiante no hubiera salido del baño, a lo que Emily respondió que a lo mejor se había ido sin que se dieran cuenta o por la puerta trasera.
Cuando estaban apunto de cerrar, Robert se acercó al hombre para decirle que se fuera. Pero al tocarle el hombro para llamar su atención, el hombre empezó a vomitar sangre. Era una enorme cantidad de sangre. Todos los presentes se quedaron paralizados. El hombre cayó al suelo sin dejar de vomitar sangre. Cuando paró, lo hizo seguramente porque ya no le quedaba más sangre en el cuerpo. Zack fue el primero en reaccionar y cogió el teléfono mientras los demás miraban el cuerpo inerte. Zack marcó varias veces el número de emergencias pero no había línea. Robert se quedó extrañado por este hecho, porque hacía poco había llamado a su proveedor de bebidas. Robert se acercó al cuerpo y se agachó para ver si tenía pulso. Cuando nos comunicó que no tenía pulso, el hombre aparente muerto se tiró sobre Robert con las mandíbulas desencajadas y le mordió el cuello arrancando de cuajo un pedazo enorme de carne y haciendo que la arteria principal se cortara y expulsara chorros de sangre. Emily gritó, Zack se cayó del susto y Tim y Helena se quedaron petrificados. Cuando Zack se recupero de la caída, sacó su revolver y disparó al extraño hombre que seguía devorando a Robert. El tiro dio en el brazo del individuo y este te levantó lentamente y avanzó hacia Emily, que era la más próxima. Era como si en vez de un disparo le hubieran dado un simple pellizco. Helena agarró a Emily y se la llevó lejos del hombre, mientras Zack seguía disparando a los brazos, torso y piernas del hombre, pero este seguía sin inmutarse y avanzaba lentamente hacia Zack. Él en un último intento disparó a la cabeza y el hombre gimió y se derrumbó en el suelo, no dejó ni un pequeño charco de sangre. Todos estaban paralizados y esperando a que se volviera a levantar, pero no lo hizo él, sino Robert. Esta vez, Zack disparó directamente a la cabeza y Robert se derrumbó a unos pasos del hombre. Estaban todos muy nerviosos y muy asustados. En ese momento, Emily volvió a gritar y señaló a la cristalera que daba a la calle. Cuando todos miraron hacia allí vieron que había varios individuos mutilados y ensangrentados golpeando el cristal. Se oyó ruido de el cristal rompiéndose y por la puerta entraron un par de aquellos monstruos, el único que llevaba arma era Zack, el guarda de seguridad, y no le quedaban muchas balas. Zack disparó a los dos en la cabeza y se derrumbaron, pero entraron otros tres y luego más y más. ¿Cuántos había? Emily gritó que podían salir por la puerta de atrás. Todos corrieron hacia la puerta, to menos Helena, que se dirigió hacia el baño. ¡Todavía podía estar la estudiante! Cuando abrió la puerta del baño vio a la misma chica que había entrado pero con el pelo corto, sin gafas y vestida con unos vaqueros y una camisa blanca. Ahora aparentaba más años, unos 19, seguramente el uniforme la había despistado. La chica se sorprendió mucho de verla y cuando le dijo que debían irse rápido, ella se puso en marcha sin protestar y sin mediar palabra. Helena, antes de salir del baño, observó que habían unas tijeras en el lavamanos y dentro el cabello cortado junto a las gafas. Cuando volvieron al bar los monstruosos seres ya casi lo invadían, así que tuvieron que darse prisa y salir corriendo por la puerta de atrás.
En el callejón de fuera los esperaban los demás, los cuales se sorprendieron al ver a la chica. Cuando se enteraron de que era la estudiante de antes, se callaron. Tenemos que salir de aquí antes de que derriben también esta puerta. dijo Tim. Así que se fueron hacia la calle que había detrás del bar.
Cuando llegaron no había nadie, estaba desierta. Pero de repente, empezaron a salir hombres y mujeres ensangrentados. ¡Salían por todos lados! De pronto se vieron acorralados. La única salida era entrar en el edificio que tenían más próximo. Zack disparó a la cerradura y abrieron la puerta. Tenían que darse prisa, la puerta no podía volverse a cerrar y los monstruos estaban llegando. Llamaron al ascensor, y al abrirse las puertas, salieron de él dos hombres dispuestos a morder lo que hiciera falta. Corrieron a las escaleras y empezaron a subir. Los pasos atrajeron la atención de otros seres y en algunos pisos salían a la escalera. A los que aparecían por delante te les pegaba un tiro y a los que aparecían más abajo se les dejaba atrás. Llegaron a la azotea y cerraron la puerta, había unas cuantas sillas y una mesa, así que hicieron una barricada para evitar que entraran. Ya no sabían que hacer. Oyeron golpes en la puerta y se asustaron, pero al ser de acero y al estar la barricada, no corrían peligro y al cabo de un rato dejaron de oírlos.
Una vez más tranquilos, se volvieron hacia la misteriosa mujer que había entrado en el bar y había cambiado de aspecto. Se presentó como Cindy, de 26 años. Parecía mucho más joven. Nos explicó que esos seres eran, o habían sido, personas normales, pero que el Dr. Wesh, un científico bastante importante en EEUU había mutado a un hombre hasta convertirlo en un muerto viviente con el único objetivo de alimentarse. Le había creado una especie de enfermedad que solo podía ser transmitida a través del intercambio de sangre. Quería crear una especie de arma biológica. Con cada mordisco que diera, conseguía un nuevo aliado, era una idea perfecta, pero el Dr. No la quería para eso, sino para soltarlo por la ciudad y amenazar al gobierno estadounidense para conseguir poder. Cuando el proyecto estaba casi terminado y tenían cuatro ejemplares mutados, el Dr. Mató a todos los científicos y al personal que trabajaban con él, a todos menos a una ayudante de asistencia técnica que logró esconderse y que, mediante los ordenadores y alguna tarjeta robada de los cadáveres, consiguió averiguar la verdad. Pero el Dr. Wesh la descubrió y la iba persiguiendo, por eso tuvo que disfrazarse. Cuando acabó la historia, Zack casi le pega un tiro. ¿Sabías lo que estaban haciendo con esos hombres y trabajaste en ello? No tenía ni idea de lo que intentaban hacer, yo solo revisaba algunas máquinas, lo descubrí después del accidente. después de unas explicaciones más, todos se convencieron de que no tenía culpa alguna y pensaron la mejor forma de escapar. Vieron desde lo alto que había varias furgonetas de la policía rescatando gente superviviente, algunas de ellas estaban volcadas y rodeadas por aquellos enfermos. decidieron ir hacia un cruce de calles que estaba cerca de allí para conseguir meterse en una de esas furgonetas, pero no podían bajar por ese edificio, así que saltaron por la azotea al contiguo que tenía la salida a la calle de atrás que les llevaría directamente al furgón. Cuando empezaron a bajar las escaleras, un montón de esa gente comenzó a subir desde distintos pisos. Se metieron el la 4ª planta y cerraron la puerta rezando por que allí no hubiera ningún tipo de esos. Pero sí que lo había, uno se tiró encima de Zack haciendo que la pistola cayera lejos de él y le empezó a devorar el brazo. Zack gritaba mientras Tim se deshacía del tío que intentaba morder a Helena. Emily se quedó paralizada por el terror pero Cindy corrió a por la pistola y disparó a la cabeza del que mordía a Zack. Tim le rompió el cuello al que intentaba atacar a Helena. Emily, mientras contemplaba la escena, no se dio cuenta de que una mujer se le acercaba por detrás, cuando se dio la vuelta, la mujer ya tenía su mandíbula en su cuello. Todos se volvieron al oír el grito de Emily, pero ya era tarde, Emily estaba muerta... ¿Muerta? Cindy le pasó la pistola a Tim y este disparó a la mujer en la cabeza. Zack estaba tirado en el suelo con el brazo sangrando. Cuando fueron hacia Emily, esta gimió y agarró de la pierna a Helena intentando morderla, Helena asustada le propinó una patada en la cabeza con tanta fuerza que la terminó de matar. Helena se cayó de rodillas al lado de su amiga y lloró amargamente por la perdida y por la confusión de lo que estaba pasando. Ocurría todo tan rápido. ayudaron a Zack a ponerse de pie, pero él ordenó que lo mataran, no quería convertirse en uno de esos bichos. Con lágrimas en los ojos, Tim le disparó. Los tres, Tim, Cindy y Helena, consiguieron bajar por la escalera de incendios y llegar a la furgoneta de la policía. Ellos los llevaron a los tres junto con un par de supervivientes más fuera de la ciudad.
A las dos semanas de lo ocurrido en la ciudad, la noticia de que en New York había surgido un brote de una enfermedad desconocida y de que la ciudad quedaba en cuarentena salió en todos los periódicos. El Dr. Wesh desapareció en circunstancias extrañas...
El Autor de este relato fué Bloody Shadow , que lo escribió originalmente para la web https://www.relatoscortos.com/ver.php?ID=8290&cat=craneo (ahora offline)
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2025-03-05
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