Enhorabuena, hemos creado nuestro propio Frankestein. Así es, pues el mayor peligro al que nos enfrentamos hoy día es producto de nuestra invención. Con él nos hemos procurado un hogar, con él nos alimentamos cada día, con él establecemos un hipotético orden en nuestra sociedad. Amigos, hablo del dinero. Un incendio puede pillar desprevenida a una familia y desgraciadamente arrebatarle la vida, una enfermedad puede extenderse y para cuando llegue la vacuna, haberse llevado a cientos, miles o incluso millones de personas. Pero ahora coger una moneda, ponerla sobre la mesa y recapacitar sobre ella. Es por ella y no por otra cosa que ahora mismo millones de niños no tienen con que comer. Es por ella y no por otra cosa, que una persona se ve obligada a robar, o incluso a matar, por su propio interés. Por unas monedas es por lo que alguien se ve obligado a traficar con drogas, extendiendo ese peligro en nuestra sociedad. No os voy a mentir, yo soy de los ilusos que aún creen en una humanidad unida por sus mismas creencias y valores, pues es el dinero y no otra cosa la que crea el máximo abismo que podamos imaginar. ¿Ricos y pobres?, ¿opulencia y pobreza?, ¿vida y muerte? Todo ello nos distingue, y el dinero es el brazo ejecutor. Lo hemos adoptado como forma de orden, como forma de ponernos a cada uno en su lugar. Pero, ¿hay algo de justo en que, por la influencia del dinero, los políticos proclamen guerras en las que mueren miles de soldados que nisiquiera comparten aquello por lo que luchan?. ¿Merecen estar ahí?. ¿Tiene algo de justo, que sea el dinero y no otro el que decida quien merece vivir y quien morir en agonía? ¿Tiene algo de justo, que sea el dinero y no otro, el que nos separa y nos frena como especie? ¿El que nos gobierna desde su guarida de tela y belcro, indomable, creado por nosotros y sometidos a él? Y he aquí su mayor baza, nuestro desconocimiento de él, de nuestro enemigo. Después de todo, no hay mucha gente que piense en el dinero como el mayor de los peligros, hay quien al leer esto se reirá y no lo tendrá en cuenta, sencillamente por que no piense que está sometido a unos papelitos de colores. Simplemente pensar que por su influencia, miles de personas no merecedoras están muriendo de hambre en el mundo, miles de personas se odian entre sí por asuntos de dinero, cientos de políticos y millones de personas anteponen el dinero a sus valores. Y de seguir así, que no sea de extrañar que aquello que hemos creado, sea aquello que nos destruya.
El Autor de este relato fué Mois%E9s Bonilla , que lo escribió originalmente para la web https://www.relatoscortos.com/ver.php?ID=11075 (ahora offline)
Relatos cortos criticas Generales El mayor de los peligros
Enhorabuena, hemos creado nuestro propio Frankestein. Así es, pues el mayor peligro al que nos enfrentamos hoy día es producto de nuestra invención. Con él
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2025-02-05

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