Dedicado a: Vampyra… mírame por favor…
La noche encierra muchos misterios desconocidos a los ojos del hombre, ser que habita un mundo a obscuras, donde siempre es de noche…
Anita de 16 años, se había visto obligada a buscar un trabajo para poder comprar sus productos para adelgazar, era tan dependiente a esos químicos, que sus padres le habían negado el dinero, por lo que nuestra pálida chica recurrió a un trabajo en un museo, en el que precisamente esa noche se realizaba la exposición de arte de un autor surrealista.
Harta de hablar sobre “la mujer desnuda” y “el vórtex celestial” Anita corrió a un baño cercano para inhalar una línea de cocaína que la mantendría despierta para el baile de gala.
El baile, fue algo grandioso para la joven, que disfrutaba ver a seres humanos haciendo el ridículo, aunque a veces pensaba si era ella la grotesca… al siguiente día Anita se despertó en su casa, sin recordar nada de la pasada noche, ni siquiera como había llegado a la casa, todas las noches eran así, y todas las mañanas conservaban aquella monotonía del olvido, esa rutina que el mundo vive, en la que parece que día y noche no tienen nada que ver, pero en realidad son lo mismo. La joven tomó un vaso de agua con 5 píldoras de diferentes colores: rojas, verdes, azules, que le servían par mantener su cuerpo de apariencia ya enfermiza, inconscientemente ella comenzó a morder una manzana, pero al primer pedazo su rostro demacrado puso una expresión de horror, que acompañó a la chica en su camino al baño, en el que expulsó el fruto prohibido de su cuerpo, ¿de que servirían las pastillas si Anita se engordaba comiendo?, con este pensamiento en la cabeza, la joven hambrienta salió al colegio.
Siempre ella había sido de las mejores estudiantes, pero ahora no lo era, ahora solo se fijaba en su popularidad, todas las chicas de su grupo eran como ella, del mismo estilo de vida, solo que más fácil pues los padres de las otras si “acolitaban”, en cambio los de Anita eran unos “viejos amargados”.
Desde que Anita empezó a trabajar, ya no era la mejor del salón, ahora una tal Lizeth ejercía ese papel y eso enfurecía a la bulímica muchacha… que por la tarde ayudó a recoger los escombros de la antigua exposición y empezó a recordar los nombres de los cuadros de una nueva muestra titulada “Godspell”, que tenía cuadros contemporáneos que representaban subjetivamente el sutil cristianismo de los intelectuales franceses e Ingleses que se diferenciaban de la fe rastrera alemana.
Un poco mas tarde, Anita fue al acostumbrado repaso de teatro, donde daba lo mejor de sí, pues a ella le gustaba aparentar ser algo que no era, o tal vez en el teatro si era ella misma y en la realidad fingía… Era muy amiga de todos allí, excepto de un par de tipos que parecían no importar, porque simplemente no eran populares, la que si lo era, se llamada Lucy y también era amiga de todos y de Anita, pero sin que Anita se enterara, todos se burlaban de su fealdad a las espaldas, de su nariz y su manera de vestir: siempre negro, se burlaban de ella, por no estar dentro de sus parámetros fetichistas.
Al salir del ensayo, Anita volvió al museo donde expuso todo lo que prendió de las obras: lo hizo bien, hasta que la tal Lizeth llegó y esto provocó náuseas en Anita, que corrió al baño a vomitar y tomar agua porque sentía que su vientre ardía… inhaló una línea, salió y observó su cuadro favorito: “mujer de rojo” que representaba a una Virgen María salpicada de la sangre de Jesús, sin pensarlo dos veces tomó un cuchillo de mesa, y lo metió en el bolsillo trasero del jean negro que llevaba puesto, llamó a la elegante compañera de salón para “hablar afuera”, fingió reír con la mejor del salón hasta que el lugar quedó completamente vacío, -que tarde es!, me tengo que ir- dijo asustada la hermosa princesita de rozada a la que seguramente sus padres esperaban enfurecidos a la salida, pero para llegar a ella debía cruzar todo el museo… a oscuras… pero al entrar acompañada de Anita, encontró solo una luz encendida, la de: “mujer de rojo”.
Anita de pronto tomó por el cuello a su odiada “amiga” y le dio un largo beso en la boca, mientras clavaba el cuchillo que había extraído, en las entrañas de su víctima, que empezó a expulsar el líquido rojo por la boca, mientras la asesina besaba los sangrientos labios de la agonizante princesita, al darse cuenta de lo que hizo, Anita saltó por el balcón donde habló con la muerta hace unos instantes, y de ahí corrió a su casa donde lavó el cuchillo y lo puso encima de la mesa.
No podía más con el hambre a la mañana siguiente y con el cuchillo que encontró encima de la mesa untó mantequilla en un viejo pan y lo devoró rápidamente, como queriendo que su cabeza no se diera cuenta de lo que hacía el estómago, la misma rutina diría: píldoras, vomitar, clases (sin la mejor alumna, por lo que se realizó una misa en su honor), teatro. Solo que tuvo un momento de retiro con sus dos mejores amigas: Azul, y Madeline, hablaron de la moda… y como siempre, se burlaron de la manía de vestir ropas negras de Anita, pero ahora la bulímica sentía que tenía el poder en sus manos, y apropósito entregó pases a sus amigas para la exposición de arte en el museo pero… para dos días diferentes, en el museo inhaló la línea acostumbrada, pero esta vez con su amiga, esperaron a que todos se fueran y al frente del cuadro del que misteriosamente quedaban las luces prendían, Anita repartió el beso mortal a Madeline, que descansó para siempre en el museo. Phasmophobia Game - Todo sobre el juego Phasmophobia
Por supuesto que la policía estaba detrás de la pista de estas aterradores muertes, pero no había nada de pistas, solo que ambas chicas estaban en la misma escuela… por lo que la primera interrogada fue Anita, que contó la verdad: -NO HE VISTO NADA, NI SE NADA, SIEMPRE ME VOY TEMPRANO DEL MUSEO, Y LLEGO CANZADA A MI CASA- esa fue la respuesta que resultó convincente para los investigadores.
AL siguiente día, Anita logró no comer nada en el desayuno: no manzana, no pan, solo píldoras, y eso la hizo feliz. Ya en el teatro todo fue normal, solo que esta vez uno de los dos chicos apartados, se le acercó a saludar, era de estatura pequeña y de cabellos enredados y desordenados, no tenía un papel importante por lo que la asesina no le prestó atención. En el museo, la rutina de asesinato fue la misma pero esta vez la víctima debía ser Azul, que enseñó a la trabajadora el museo a inhalar cocaína a los 12 años, pero la amiga reaccionó diferente, pues antes de ser atravesada por el cuchillo, Azul besó con pasión a su amiga, como si hubiera estado esperando por ese momento durante años, Antia dudó de sí debía asesinar a su amiga, pero las dudas no impidieron al cuchillo penetrar en las entrañas, y hacer que la sangre salga de la boca de Azul y se interne en el cuerpo de la asesina.
Arturo y Sid, entraron al grupo de teatro pero no eran tomados en cuenta, vivían felices, llenos de desesperación, al ver que la gente solo se preocupaba por su aspecto, eran felices siendo diferentes, pero surgió un problema, Arturo, el más bajo de su curso, con cabello despeinado, y rostro no tan amable, se enamoró de Anita… un día le quiso hablar y ella no le tomó en cuenta, solo quería decirle que la exposición de Godspell estuvo excelente y que el estuvo presente buscándola hasta el último, pero ella solo le respondió –Aló?. Te conozco??- y él se fue desanimado a un rincón, a clavarse agujas en los dedos, mientras todos representaban a la perfección sus importantes papeles.
La noticia de los asesinatos en el museo fue nacional, lo que hizo que Anita cesara de matar por un tiempo, hasta que la policía se disperse, eran tan tontos que le avisaron a ella, que vigilarían escondidos toda la noche el museo. Pasó un mes, Anita poco recordaba de las noches de asesinatos, a dos días de la clausura, ella se sentía cada vez más enferma, no podía vivir más tiempo, peor aún viendo que la tal “Lucy” del teatro se hizo novia de un chico alto y en cambio a ella, nadie le quería, o eso sentía, ¿¿¿de que le servía llevarse con todos bien???, si esa enana tenía novio y ella no.
Lucy y su novio, fueron asesinados la noche en el museo, solo que… Anita no mató al novio, solo al siguiente día se enteró de la muerte de este….
Llegó la noche de clausura de Godspell, durante el mes de exposición, Anita había cambiado, se había alejado de sus amigas (mató a las dos únicas amigas de verdad que tenía) y se había vuelto muy antisocial. Al final se sentó sola a fumar u tabaco con el cuchillo asesino en las manos, frente al cuadro: -de rojo te ves bien, combina con tus ojos y tu piel, de rojo te ves bien, rojo SANGRE- dijo una voz atrás del cuadro, Anita se asustó, pensó que la policía vino por ella, pero ¿qué querían decir esas palabras?- y de ahí salió… Arturo, el de teatro, con un cuchillo en la mano derecha, él, había seguido de cerca los asesinatos, desde el primero, atrás del cuadro, él era el que encendía los reflectores que iluminaban el “mujer de rojo”, lento al andar, paso a paso, pulgada a pulgada, centímetro a centímetro, el dolido joven se acercó s la mujer de su desesperación que miraba aterrorizada, una lágrima escurrió por la mejilla del muchacho, que tomó ambas manos de la joven, las acarició suavemente y le susurró al oído –vampyra, mi vampyra, huyamos de aquí, por favor- y Anita entendió eso y contestó –déjame escapar de esta pesadilla, solo dame tu sangre y yo te daré la mía- y él volvió a susurrar: -juntos, como hace 500 años, ¿no te diste cuenta que era yo?, me hiciste odiarte por eso te mataré de la única forma de la que podemos morir, absorbiendo el líquido vital de otro de la misma especie
Arturo y Anita se abrazaron y besaron apasionadamente frente al cuadro que lo vio todo, desde las manos de ese pintor francés, hasta la muerte de dos vampiros, que se hundieron los cuchillos mutuamente y escaparon juntos, a una oscuridad más profunda, donde todos son bellos…
El Autor de este relato fué Arturo Gamma Demoland , que lo escribió originalmente para la web https://www.relatoscortos.com/ver.php?ID=10720&cat=craneo (ahora offline)
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2021-07-12
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